El cirujano, especialista en cirugía ortopédica y taurina, Enrique Crespo Rubio efectúa esta tarde la plegaria al Cristo en la Injurias en la Plaza de la Catedral.

-Usted es el segundo hermano que realiza la plegaria al Cristo de las Injurias.

-Hoy (por ayer) me he levantado con una sensación... no sé si es miedo no sé si es responsabilidad. Es lo que le pasan a muchos toreros cuando están en el portón de las Ventas o en Sevilla. Ellos me han contado que es una mezcla de respeto al público, de no defraudar? se juntan muchas sensaciones. Para mí es el mayor honor que nos han concedido dentro de la Semana Santa porque este honor me lo han otorgado a mí porque soy el mayor de los hermanos ahora mismo. No sé cómo agradecer a la cofradía el honor y al obispo que haya aceptado que sea yo. La única persona que ha leído hasta ahora la plegaria es el obispo que me ha dado su bendición y me ha animado a mantener el espíritu cristiano que se deja ver en mis palabras.

-Alude a que el obispo le ha instado a mantener el espíritu cristiano. ¿Irá en esa línea su intervención?

-Tenía claro que la plegaría tenía que reflejar mi agradecimiento por haberme dado el don de la fe y que, como cristiano, tenía que pedir perdón por el mal que hacemos y que hay que en el mundo así como pedir esperanza para que nos ayude a ser mejores. Tenía que combinar todo eso con lo que yo he sentido a lo largo de 55 años saliendo en esa procesión, todo lo que experimentado cuando estábamos primero en el atrio y ahora en la plaza de la Catedral y durante toda la procesión. El silencio es una procesión de oración, de hecho yo voy rezando durante todo el desfile.

-¿Qué le parece la decisión del alcalde de desvincularse de actos religiosos?

-La ofrende siempre la ha hecho la máxima autoridad de Zamora representado al pueblo de Zamora. Su renuncia ha dado la oportunidad a varios hermanos, el pasado Luis Jaramillo y este yo, pero me gustaría que se retomara la tradición porque me considero zamorano y deseo que el día de mañana la persona que represente al pueblo de Zamora, un alcalde o alcaldesa, vuelva a hacerla.

-Como hermano, ¿cuál es su momento más especial?

-Cuando de rodillas decimos "sí juramos" con lo que aceptamos que somos pecadores y que como cristianos tenemos que seguir hacia adelante y todavía me sigue impresionando el silencio de Zamora.

-Usted ha vivido tiempos donde eran pocos hermanos ¿añora esa familiaridad del atrio?

-Un poco sí pero todas las cofradías han crecido lo cual es bueno. Hay mucha gente que no es de aquí pero que está vinculada y acaban apuntándose y eso es muy bueno porque significa que habrá un relevo para quienes ahora se encargan de que la Semana Santa sea tan grandiosa. Los que ahora se están apuntado son los que seguirán en un futuro con esta celebración y si cerramos el cupo, irá en perjuicio nuestro.

-¿Habría que agilizar las listas de espera?

-Creo que sí. Si cierras el acceso a las cofradías, ¡vete tú a saber lo que puede pasar el día de mañana! El vivir la Semana Santa, los preparativos y el después lo tienes que experimentar desde pequeño como me ha sucedido a mí. Es lo que nos agarra a esta tierra y te transmite uno valores además de cristianos porque no podemos olvidar que la Semana Santa es una mezcla de cristiandad y de tradición.

-¿Y habría que abrirlo también a las mujeres, dado que el Silencio todavía no permite su entrada?

-Es un tema controvertido pero si la Iglesia, que es a la que nos debemos todos, ha dado su consentimiento a que haya mujeres?¡ qué va a decir un cristiano como yo!

-¿Qué echa en falta en la Semana Santa?

-Una mayor devoción en las aceras. Se ha perdido el sentido religioso y lo que tenemos que hacer quienes tenemos un sentimiento profundo cristiano es dar ejemplo.