Semana Santa de 1967. Hace cincuenta años exactamente ahora, Televisión Española elegía Zamora para ofrecer a toda España algunas de sus procesiones. Era la televisión en blanco y negro y de solo dos canales. Su director general, don Adolfo Suarez González (¿lo recuerdan?), participó de forma decisiva en su elección y se desplazó a la ciudad semanas antes para cerrar cuestiones de carácter organizativo con los responsables semanasanteros de entonces. La Semana Santa aquel año fue bien temprana. El 19 de marzo, San José, domingo de Ramos y las procesiones retransmitidas en directo fueron las del Silencio, Capas Pardas, Vera Cruz, Jesús Yacente y Santo Entierro. Y en diferido la de Jesús Nazareno.

Agustín Lorenzo Gómez, músico militar con destino en el Regimiento de Infantería "La Victoria" nº 28 de guarnición entonces en Salamanca, contemplaba en su domicilio la noche del miércoles santo, 20 de marzo, la retransmisión de la procesión de las Capas Pardas. Viéndola, pensó de inmediato que su bombardino encajaría perfectamente en el sentido penitente, austero, castellano que ofrecía aquel cortejo tan sencillo y pobre. Poco tiempo después contactó con la directiva de la hermandad que presidía Marcelino Pertejo Seseña, que acoge la iniciativa del músico con entusiasmo y al año siguiente, 1968, ya desfila en la procesión por las calles del casco antiguo. Es un sonido fúnebre en ocasiones, lastimero en otras, solemnemente dramático siempre, que envuelve los espacios de esa noche. El bombardino desde aquel día rompe, con la matraca, los silencios de esa procesión campesina y encandila a penitentes y espectadores.

La Semana Santa de Zamora sumaba de esta forma a los ya popularísimos sonidos del Barandales y Merlú, el de un bombardino, que se convertía bien pronto en otro de los símbolos musicales de esta Pasión. Agustín salió en la procesión desde aquel año de 1968 hasta 2008, interpretando las salmodias que hizo muy populares y son ya patrimonio de la hermandad. Entonces fue sustituido por Eduardo Vidal aunque él sigue saliendo en la procesión como hermano de farol, bien cerca del actual instrumentista.

No conforme con su decisiva aportación, ha querido rendir un nuevo servicio a su querida hermandad y ha propuesto y avalado la creación de un galardón, el "bombardino de las Capas Pardas", simbolizado en una estatuilla que encargó al escultor local Ricardo Flecha. Su objetivo, muy sencillo, según dice una de las bases de la concesión: "podrán optar al galardón todas las personas colectivos e instituciones que estén implicados de una manera activa y eficaz en el mundo de la música de la Semana Santa en cualquiera de sus vertientes y manifestaciones y hayan destacado en la promoción y difusión de la música en el ámbito de la Semana Santa".

Agustín quiere con ello que su bombardino se proyecte más allá de su figura de creador del espacio, momento y sonido de esa procesión cuando decidió venir a Zamora para participar en ella, aquel año de 1968.

El galardón se ha creado con el respaldo de la hermandad y su presidente, Antonio Martín Alén, forma parte del jurado de su concesión. El pasado 14 de marzo, la asamblea general de la hermandad, tras conocer este proyecto de Agustín, lo aprobó por unanimidad.

Los miembros del jurado que concederá el galardón son, además del presidente y del autor de tan espléndida iniciativa, los hermanos Francisco Cuesta de Reyna, Pipo Labajo, Luis Jaramillo y Luis Felipe Delgado. Con ellos mantiene Agustín una vieja y entrañable amistad que se refleja, por ejemplo, en el ya tradicional almuerzo del mediodía del Miércoles Santo que los une desde ya hace treinta y ocho años y en otras reuniones familiares periódicas, bien en Olmedo, villa natal de Agustín, o en León, en cuya ciudad reside al haber pasado allí a la reserva en su último destino militar.

El "Bombardino de las Capas Pardas" será concedido por vez primera en la Cuaresma del próximo año, que coincidirá con el cincuenta aniversario de la participación de Agustín en la procesión, y que sirvió para sumar a nuestra Semana Santa uno de los cuadros musicales más hermosos, místicos y entrañables por los que es admirada hoy día en todo el mundo.