"Juana de Arco" de Gounod "Soledad", de Franco Ribate, "Semana Santa en Zamora" de Tesifón, "El Héroe Muerto" o "Mektub" o "Dolor de una Madre", entre otras composiciones tocadas hasta los años 80, han pasado a un segundo y hasta un tercer plano en el repertorio de algunas de las bandas de música que acompañan a los pasos.

"Hay muchas piezas de principios del XX contrapuntísticas más pensadas para el desfile y no para la carga a hombros, olvidadas", remarca el director de la banda de música maestro Nacor Blanco, Álvaro Lozano cuyo colectivo ha incorporado a su repertorio el arreglo de "Thalberg" de Haedo o "Tres Cruces", entre otras piezas en desuso. Además, el músico reconoce que hay piezas complicadas para tocar, como "Mektub", y remarca que muchas agrupaciones de fuera de Zamora "tampoco tienen claro qué tocar por lo que algunas cofradías concretan qué tiene que interpretar" y ejemplifica: "en la Vera Cruz hay que salir con "La Cruz" del Museo y en el caso de que la banda sea de fuera le manda la obra".

Banda y cargadores

La concreción de qué tocar en Zamora también la defiende el compositor Jaime Gutiérrez que además remarca la importancia de que haya "una coordinación entre la banda y cargadores sobre la velocidad" a la que interpretar. Este músico insiste en que "debemos conjugar la tradición y la modernidad, hay que realizar un ordenamiento porque puede caber todo".

La conjugación de marchas más tradicionales con las más nuevas la defiende también el músico David Rivas. ""Getsemaní" o "Mater Mea" están por encima de todas, son obras maestras, pero como las bandas no solo se dedican a la Semana Santa sino que renuevan repertorio y en este género hay muchos autores que escriben, conocen las nuevas creaciones a través de las redes y al final acaban tocándolas". No obstante el toresano esgrime que la interpretación de una pieza en detrimento de otra también "es una cuestión de moda".

Por su parte, José Ignacio Petit sostiene que igual que "nadie se plantea el cambiar una túnica en una procesión habría que respetar las marchas tradicionales y dar espacio a las nuevas composiciones". Para el director de la Orquesta de Vientos de Zamora las marchas más antiguas "se tocan pero perdiéndose toda la riqueza armónica y contrapuntística". Estima que "igual que conviven distintos imagineros en un desfile sin restarse importancia, deberían convivir distintos compositores" y subraya que en los contratos de las bandas debería figurar el repertorio a tocar " con un criterio basado en lo tradicional, no en el capricho, en el gusto personal o en el amiguísimo y quizá dejando un 10% del mismo a criterio de las bandas para dar espacio a posibles composiciones desconocidas".