El buen tiempo reinante ayer, sin duda, animó a que cientos y cientos de niños y otros tantos adultos con sus palmas acompañaran a La Borriquita en su desfile procesional.

Mientras que la banda de cornetas y tambores Ciudad de Zamora avanzaba hacia la Plaza Viriato y la Banda de Zamora formaba en un lateral de la iglesia de Santa María de la Nueva, llegaba al Museo de Semana Santa el obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán que, un año más, no quiso perderse la bendición de las palmas que inicia la procesión del Domingo de Ramos.

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Semana Santa en Zamora: La Borriquita

"Hermanos, nos cubrimos", dijo el presidente, Alberto de la Fuente, a los cofrades congregados en la plaza de Santa María La Nueva que, de inmediato, acataron la orden de su máximo mandatario que vivía su primer desfile al frente de la cofradía. Las puertas del Museo se abrieron y el paso que hiciera Florentino Trapero cruzó el umbral al ritmo del himno nacional, tocado por la Banda de Música de Zamora, capitaneada por Manuel Alejandro López.

"Hoy cercana la noche santa de la Pascua nos disponemos a inaugurar la celebración anual de la Pasión y Resurrección de Cristo, misterios que comenzaron con la solemne entrada de Jesús en Jerusalén", dijo el capellán de la cofradía, Florentino Pérez, antes de que el sacerdote Pedro Faúndez leyera el evangelio de San Mateos para posteriormente Pérez bendecir las palmas e instalar a los hermanos a acompañar "con júbilo al Señor".

Los sones marcados por la banda de cornetas y tambores Ciudad de Zamora, con cuatro mujeres entre sus filas, y las campañas de Barandales anunciaban la llegada inminente de la procesión a las muchas personas, acompañadas de pequeños, que poblaron las aceras. Tras las esquilas que movía Nicanor Fernández, la cruz guía y los primeros niños que llevaban con gran alegría las palmas al igual que los adultos que o bien los acompañaban o bien había optado por participar en desfile. "En esta procesión no hay edades", decía un zamorano que se sumaba al cortejo que llevó un buen ritmo.

Tras el estandarte de la Real Cofradía procesionaron cerca de medio centenar de menores que ha respondido al llamamiento efectuado desde la cofradía en los centros educativos para animar a escolares a desfilar pese a no ser cofrades portando el traje de la hermandad, túnicas de raso blanco con turbante y faja azul, en el caso de los niñas, y en tonalidad púrpura, en el de los niños.

El desfile prosigue y los cofrades, muchos de los cuales llevaban a sus propios hijos, estaban muy pendientes de facilitar agua a los menores para capear los más de 25 grados centígrados.

El incensario, portado por un hermano, precedió al paso de Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén, escoltado por el capellán y autoridades civiles, mientras que la Banda de Música de Zamora ponía el cierre al desfile.