La Hermandad Penitencial de Jesús, Luz y Vida vuelve a las calles de la ciudad -si el amenazante cielo se contiene- tras un convulso año en el que se han sucedido los cambios y, ahora, la cofradía intenta recuperar la normalidad. La dimisión, a instancias del obispo Gregorio Martínez, del anterior presidente Jesús de la Concepción ha pretendido devolver las aguas a su cauce. El nuevo responsable, Miguel Ángel Regueras, intenta ahora retomar la normalidad de una asociación que ha perdido por el camino a numerosos hermanos y que ahora tendrá que afrontar algunos gastos inesperados, como la defensa jurídica por el caso de las andas diseñadas por Hipólito Pérez Calvo.

En cuanto al patrimonio de Jesús, Luz y Vida, esa será precisamente la novedad de esta tarde. La directiva ha recuperado las andas grandes, las ha tapizado y hoy serán cargadas por los antiguos hermanos de paso, sobre los que pesaba un expediente que finalmente no ha ido a más.

En lo referente a los hermanos, la presencia de los antiguos cargadores y de algunos nuevos estará dirigida, de nuevo, por el antiguo responsable, Daniel Martín. La procesión tiene previsto salir al Atrio de la Catedral a las siete y media de la tarde, para continuar por el casco antiguo, bajar por el Pizarro y unir las dos orillas del Duero camino del cementerio, donde tendrá lugar la ofrenda y la oración por los fallecidos de la Semana Santa. Tras el rezo, el cortejo regresará a la Catedral, sede de Luz y Vida.