Habrá elecciones en la Real Cofradía del Santo Entierro tras la Pasión y el actual responsable, Graciliano Hernández, se presentará. Así lo afirmó en la asamblea ordinaria de este domingo, aludido por un hermano en el turno de preguntas. Hernández cumple mandato este año tras sus primeros cuatro años al frente de la hermandad oficial de la Semana Santa y se convierte así en el primer aspirante en los nuevos comicios.

El encuentro anual sirvió para pasar revista a la actividad de la real cofradía, con dos decisiones ratificadas por los hermanos. La primera de ella, la unificación de las faldillas de los pasos con sus borlas correspondientes. La segunda, la restauración del "deteriorado" palio de la Virgen de los Clavos, la única estructura de cubierta que visten los pasos zamoranos. Después de un examen y la certificación de que "los años y las inclemencias del tiempo" han dañado el terciopelo y la ornamentación, la directiva llevó el asunto a la asamblea. La recuperación de la pieza tardará entre "ocho y diez meses" y precisará de una inversión de 2.500 euros.

Por otro lado, el actual presidente, Graciliano Hernández, explicó las particularidades del nuevo recorrido, decidido ante el aumento en el número de hermanos y la necesidad de un trazado de más metros. Aquí la gran novedad es el traslado del Sermón del Descendimiento a Santa María la Nueva. Pero no al interior, sino a la plaza de la iglesia. De esta manera, los fieles que quieran acudir -siempre dentro de las limitaciones de la plaza- podrán hacerlo. El horario se adelanta a las cuatro de la tarde del próximo Viernes Santo para llegar a tiempo a la salida del desfile.

Por otro lado, los hermanos homenajearon a varias personas. Como el ya exjefe de paso de La Magdalena, Pepe Gato, que recibió un martillo distintivo por su dedicación. Lo sustituye Javier Martín, a quien le fue entregado el martillo del paso. Además, Verónica Pedrero recogió la medalla que la acredita como nueva camarera de la Virgen de los Clavos.

Los miembros de la real cofradía dieron el visto bueno a los números presentados, con un presupuesto de 76.400 euros para este año y un superávit de 17.000 euros. Hernández rindió cuentas ante los suyos por el voto en contra en la asamblea general de la Junta pro Semana Santa, donde "defendió los intereses de la cofradía" y exigió una mayor dotación, acorde con el tamaño de la hermandad y los gastos que requiere su puesta en la calle.