El obispo de Zamora, Gregorio Martínez, ha valorado positivamente la decisión del alcalde de la capital, Francisco Guarido, de no realizar el juramento del Silencio durante esta Semana Santa. Es la primera vez que el máximo representante de la Diócesis se pronuncia sobre este asunto y su opinión es que de esta manera se conservará mejor la esencia del propio acto. Martínez ha asegurado que lo mejor para todos es "no mezclar política y religión", por lo que considera zanjado el asunto del discurso frente al Cristo de las Injurias.

Nueve años acaba de cumplir Gregorio Martínez al frente de la Diócesis de Zamora y lo ha hecho en mitad de un asunto que ha dado que hablar en los últimos meses: el juramento del Silencio. El obispo de Zamora, en declaraciones a la agencia Ical, considera "positivo" que el discurso no recaiga este año en el alcalde, Francisco Guarido, como estaba siendo habitual. "El juramento del Silencio lo puede hacer un laico de la Iglesia al que responde el obispo tomando el juramento de todos los hermanos y respuesta de los hermanos ante la petición de silencio que hace el obispo. Es la esencia del acto y cuanto más se conserve así, más puro y eclesial es", asegura.

Martínez ha hablado también sobre las cofradías, a las que les pide que no se olviden de su función en la Iglesia. "Están haciendo un esfuerzo para llegar más allá y eso es lo que tienen que hacer: tomar conciencia de que son cofradías de la Iglesia, asociación pública de fieles y, por lo tanto, una de sus misiones es la procesión, pero no solo eso", indica. "Tienen el culto en la Iglesia; la salida hacia fuera, dando testimonio público de lo que son; y los pobres y necesitados. Cuanto más avancen en esas tres cosas, más avanzarán en su ser y su identidad de cofradías, que están en la misma base de la Iglesia, que las regula como tales", añade el obispo de la Diócesis de Zamora.