La Hermandad Penitencial del Cristo de la Buena Muerte decidió en su asamblea de ayer vetar la entrada a los fotógrafos en la plaza de Santa Lucía en los momentos inmediatamente posteriores al cántico del "Jerusalem", cambiando así la costumbre habitual, que era dejar que profesionales y aficionados aprovecharan ese momento para sacar sus instantáneas desde cerca. El abad, Félix Gómez, asegura que "lamentablemente" la hermandad ha tenido que tomar la decisión de prohibir el acceso para hacer fotos debido al "bochornoso espectáculo" del año pasado, cuando decenas de personas entraron "de mala manera" en la plaza para sacar las instantáneas, sin guardar las mínimas normas de respeto a la estética de la procesión y los espectadores que estaban viéndola.

Otra novedad conocida por la asamblea es el cambio introducido a la llegada de la procesión, ya que los hermanos no entrarán con la tea encendida en San Vicente, sino que la apagarán en un depósito lleno de agua y arrojarán la tea inservible en un contenedor antes de acceder al templo. Para ello se cortará el acceso al público desde la calle Mariano Benlliure, con el fin de poder arbitrar este cambio, que tiene como objetivo fundamental salvaguardar el patrimonio tanto de la cofradía como de la iglesia. Según explica Gómez, mientras a la salida no se produce ningún problema, ya que los hermanos van encendiendo las teas y saliendo, a la vuelta sí, porque se concentra mucha gente dentro del templo, lo que produce un cambio brusco de temperatura. Lo que se hará es el acto del "Vexilla Regis" a oscuras, iluminado tan solo por una veintena de teas y la propia iluminación del Cristo al entrar.

En la asamblea de ayer Félix Gómez resultó reelegido abad por un nuevo periodo de cinco años lo que refrenda su condición de presidente más longevo de la Semana Santa zamorana, ya que accedió al cargo hace 38 años, poco después de la creación de una hermandad de la que fue miembro fundador en 1974, con el primer desfile al año siguiente, 1975.

La Buena Muerte decidió acceder a la ayuda de la Junta de Semana Santa para las cofradías, de 1.600 euros, debido al incremento de la ayuda destinada a la parroquia de San Vicente con el fin de mejorar la iluminación del Cristo tanto en la peana donde mora todo el año como en el lugar que ocupa ante el altar en el triduo y la capilla de Fátima, donde se encuentra desde la finalización del triduo hasta el día del desfile.