La Semana Santa ya estuvo muy presente en la edición de Zamora, que, bajo el título Remembranza, acogió en 2001 varios ejemplos de la imaginería de la Pasión, una aportación casi obligada. Los más de medio millón de visitantes que recorrieron las tres sedes de la muestra tuvieron el privilegio de acercarse a unos centímetros de tres tallas emblemáticas, habituales en las procesiones.

Uno de los ejemplos que más llamó la atención de los visitantes fue el Cristo del grupo La Caída, una de las imágenes más bellas que nacieron de las manos de Ramón Álvarez, que estuvo acompañado del popular Niño de los Clavos. El Yacente de la noche del Jueves Santo también fue mostrado a las personas que acudieron a la muestra. En otras ediciones de Las Edades siempre hubo ejemplos de la escuela de Gregorio Fernández y la obra de Francisco Fermín siguió ese ejemplo.

Una de las imágenes más antiguas de la Pasión, el Ecce Homo de Gil de Ronza, ocupó un eslabón en la cadena metafórica que Remembranza quiso trasladar a los visitantes. En la Catedral, los organizadores no perdieron la oportunidad de mostrar una de las mejores tallas de Zamora, el Cristo de las Injurias.