-¿Qué perspectiva se tenía del franquismo desde Francia?

-Yo estudié la literatura y la historia de España a modo de psicoanálisis personal. De esta manera, tuve una explicación de lo que no me contaron. Aparte de cualquier opinión política, siento orgullo de que haya una alcaldesa española en París y un primer ministro de este país. Yo hago bromas sobre el modo de ser de españoles y franceses y de la diferencia que existe. Cuando un político en Francia se pone duro, se suele decir: "Es normal, es español". Para mí, cuando era niña, lo español era exótico y violento. La idea de la España negra era más perceptible aquí. Históricamente, se puede constatar que lo español tuvo mucha influencia en Francia. Para mí, es interesante regresar a España, recuperar la historia de mi abuelo y comprobar que hay una complicidad cultural, comprobar que hay una Europa en el arte y en la cultura.