Por segundo año consecutivo, la Hermandad del Espíritu Santo, junto con la asociación de antiguas alumnas del colegio Medalla Milagrosa y la Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias, apuestan por dar una segunda oportunidad a las velas utilizadas por los cofrades en los desfiles con una acción de recogida con destino a una misión promovida por las hijas de la caridad en Tanjombato, un arrabal de Antananarivo, capital de Madagascar.

A través de la comunidad religiosa que estas hermanas tienen en la localidad gaditana de El Puerto de Santa María, las velas llegan a la misión. Desde allí, se distribuyen a numerosas familias de las aldeas con las que trabajan, que carecen de electricidad y, por lo tanto, de luz, por lo que las velas de las procesiones son una buena opción para solventar en alguna medida esa carencia.

Además de la Hermandad del Espíritu Santo, hay otras cofradías implicadas, como es el caso de la Hermandad Penitencial de las Siete Palabras, la Real Hermandad del Santísimo Cristo de las Injurias, conocida como la cofradía del Silencio, la Hermandad de Penitencia, la Cofradía de la Virgen de la Esperanza, la Penitente Hermandad de Jesús Yacente y la Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias. El proyecto, además, cuenta con la colaboración de la Junta Pro Semana Santa, el Ayuntamiento de Zamora a través de su concejalía de Medio Ambiente y la empresa Zamora Limpia, además de las empresas locales Óptica Germán e Industrias Sanitarias Zamora Hijo de Atilano.

Desde la hermandad, mostraron su deseo de que «la luz con la que acompañamos a nuestras sagradas imágenes, pueda iluminar el día a día de personas, para las que la luz es una necesidad vital. Nos parece una forma muy hermosa de compartir la alegría por la llegada de la Pascua», argumentaron.