DERMATOLOGÍA

Cara roja, granos, ardor... ¿Cómo diferenciar el acné de la rosácea? ¿Cuándo ir al dermatólogo?

La rosácea es una enfermedad inflamatoria y crónica de la piel, que afecta solo a la cara y que se considera "prima" del acné.

La rosácea se manifiesta con enrojecimiento y sarpullido en la cara

La rosácea se manifiesta con enrojecimiento y sarpullido en la cara / Freepik

Si después de hacer ejercicio eres de los que termina con la cara "roja como un tomate", quizás pertenezcas al 5,5% de la población que padece rosácea.

Y si eres de los que les sale un sarpullido en la cara cuando está estresado o ha consumido alcohol, quizás pertenezcas a los más de 2 millones de españoles que padecen rosácea.

¿Qué es la rosácea?

Según la doctora Ángela Hernández Martín, dermatóloga del Instituto de Medicina y Dermatología Avanzada, se trata de una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que afecta a los vasos sanguíneos (los que están ubicados justo debajo de la piel) y a las unidades pilosebáceas (que engloban el pelo, el sebo de la piel y el músculo erector del pelo) de la parte central de la cara.

En concreto, afecta a:

  • La parte central de las mejillas (vistas de frente).
  • El dorso de la nariz.
  • La región central de la frente y del mentón.

"Los vasos sanguíneos de la cara están muy dilatados y son muy reactivos. Por lo que, ante situaciones de calor, estrés, de comidas calientes o picantes, se les pone la piel muy roja", ejemplifica Hernández.

Esto provoca las famosas 'arañitas' de la cara, venas que se concentran en un punto y se esparcen alrededor de éste, haciendo la forma de una araña. Esta figura se conoce clínicamente como telangiectasias.

La rosácea se caracteriza por las 'arañitas' de la cara, venas que se concentran en un punto y se esparcen alrededor de éste, haciendo la forma de una araña.

La rosácea se caracteriza por las "arañitas faciales" o telangiectasias, pequeñas dilataciones de las venas más superficiales de la piel. / Freepik

¿Cómo diferenciarla de otras patologías dermatológicas?

Considerada "prima del acné", esta patología afecta a todas las edades. No obstante, la edad de mayor prevalencia, comenta Hernández, abarca entre los 30 y los 50 años.

Se caracteriza por:

  • Enrojecimiento de la cara, por lo general en la nariz y las mejillas.

Con el tiempo, la cara puede permanecer roja o ruborizarse durante períodos de tiempo. Y la piel enrojecida se puede volver áspera y escamosa.

  • Sarpullido.

Puede presentar protuberancias rojas o llenas de pus y granos (espinillas), que se parecen al acné.

Pero, a diferencia de éste, la rosácea se manifiesta sólo en la cara.

Y además de esta diferencia con el acné, la rosácea no presenta espinillas, ni puntos negros, ni comedones, ni quistes.

"Es monomorfa (presenta la misma forma), en el sentido de que sólo tiene lesiones inflamatorias", indica la doctora.

  • Vasos sanguíneos visibles.

Por lo general, éstos se presentan como líneas rojas delgadas en la nariz y las mejillas.

  • Piel más gruesa, especialmente en la nariz.

Este es uno de los síntomas más graves y afecta principalmente a los hombres. "Se manifiesta con un engrosamiento de esta parte de la cara", puntualiza la dermatóloga.

  • Irritación en los ojos. Es lo que se llama rosácea oculocutánea.

Los ojos presentan irritación, enrojecimiento, picazón, lagrimeo o sequedad. Si no se tratan, estos síntomas pueden provocar daños en los ojos y pérdida de la vista.

"A veces afecta a los párpados, a la córnea y a la conjuntiva. Entonces puede producir blefaritis, conjuntivitis o úlceras corneales", enumera la experta.

En los hombres, la rosácea puede desencadenar un engrosamiento de la nariz.

En los hombres, la rosácea puede desencadenar un engrosamiento de la nariz. / Freepik

¿Qué la aviva?

En la actualidad, se desconoce el origen de esta enfermedad, pero lo que los expertos sí que tienen claro es que existen factores que propician su desarrollo o que la empeoran:

  • El tipo de piel. "Las personas con un fototipo de piel más clara suelen ser más predispuestas a sufrir rosácea".
  • La herencia genética.
  • El consumo excesivo de alcohol.
  • Cambios hormonales. Como la menopausia.
  • La dieta. Como los alimentos y bebidas calientes o picantes.
  • Cambios repentinos de temperatura.
  • La exposición solar.
  • El estrés.
  • Algunos medicamentos.
  • La práctica de deporte intenso.

A diferencia del acné, la rosácea sólo se refleja en la cara y no presenta espinillas, puntos negros, comedones o quistes.

En definitiva, "todo aquello que aumente el flujo de sangre en la cara".

La crema solar, la mejor aliada en días soleados

Otro de los factores que puede empeorar esta condición dermatológica es el sol.

El sol es necesario para que nuestro cuerpo pueda obtener los niveles esenciales de vitamina D, pero Hernández explica que, si los que no padecemos esta enfermedad ya tenemos que protegernos de los rayos UV, las personas que tienen rosácea, todavía más.

  • "Es imprescindible que utilicen una crema solar con factor de 50. Una vez que se la hayan puesto, pueden hacer vida normal porque esto no es como el Lupus", precisa la experta.
Protector solar: no todos son iguales

Las personas con rosácea deben aplicarse protector solar con factor 50. / Imagen de AdoreBeautyNZ en Pixabay

Tipos de rosácea y sus tratamientos

Tal y como detalla la experta en dermatología, al igual que ocurre en otras afecciones de la piel, esta enfermedad crónica tiende a cursar en brotes y se divide en tres tipos:

  • Rosácea maculosa.

"Las más light". En este tipo, la enfermedad sólo presenta enrojecimiento de la piel (eritema plano), que puede ser limitado en una parte de la cara o extenso, y permanente o pasajero. Eso sí, sin relieve.

Según Hernández, este tipo de rosácea se beneficia de tratamientos estéticos, como fuentes de luz y láseres, para cerrar los vasos sanguíneos.

  • Rosácea inflamatoria o papulosa.

Hay una "rotación inflamatoria" en la que aparecen granos tipo acné. Y también pueden aparecer pápulas inflamatorias e, incluso, pústulas.

Para esta rosácea, la experta señala que el tratamiento más común es el antiinflamatorio. " Son muy diversos -detalla-. Pueden ser antibióticos, inmunomoduladores tópicos (corticoides) o antiparasitarios".

En el caso de los antiparasitarios, que suena muy sorprendente, Hernández aclara que en la rosácea se ha demostrado el sobrecrecimiento de un ácaro llamado Demodex.

"Este ácaro lo disminuimos con Ivermectina tópica, un antiparasitario que se utiliza también para los piojos".

El ejercicio es uno de los factores que puede avivar la rosácea, aunque no es perjudicial.

El ejercicio es uno de los factores que puede avivar la rosácea, aunque no es perjudicial. / Freepik

  • Rosácea granulomatosa.

Esta variante presenta pápulas o nódulos monomorfos persistentes, de color rosado o amarillo-marrón alrededor de la boca, los ojos y/o en las mejillas.

Se debe destacar que "no todos los tratamientos se pueden suministrar en pacientes pediátricos", por lo que Hernández recuerda la importancia de acudir a un especialista para tratar esta enfermedad crónica debidamente.

En la rosácea inflamatoria, uno de los tratamientos más comunes se basa en antiparasitarios debido a la presencia del ácaro Demodex.

Incomodidad estética y cosmética

La mayoría de tipos de rosácea no suponen un riesgo para la salud del paciente, pero sí puede producir:

  • Incomodidad estética. Por lo que suponen todos sus síntomas a nivel superficial.
  • Incomodidad cosmética. "Si te aplicas algo pica, escuece y es molesta. No hay riesgo, pero arde la piel. Es una afección que puede llegar a incomodar mucho", asegura la experta.

Asimismo, la dermatóloga especifica que, a pesar de que sea una enfermedad controlada con antibióticos, no es infecciosa.

"Estos medicamentos se dan en la rosácea por su poder antiinflamatorio", concluye Hernández, haciendo especial hincapié en que no hay que tenerle ni miedo ni asco a las personas que padecen esta afección cutánea.