Alergología

Día Mundial de las abejas: ¿cómo prevenir y cómo tratar las picaduras?

Los expertos de la Sociedad Epañola de Alergología (SEAIC) nos explican cinco sencillas prácticas que debemos seguir si nos pican

abeja 961

abeja 961 / Foto de Pixabay: https://www.pexels.com/es-es

Temperaturas primaverales, sol, calorcito y lluvias son la mezcla perfecta para que el campo se vista de gala y se llene de flores.

Es el momento ideal para acercarse a pasear y disfrutar de la naturaleza que brota pletórica, acompañada, por supuesto, de todos los insectos que ahora comienza su trabajo en beneficio de todos.

Porque por mucho que este artículo pretenda explicarnos como debemos protegernos y combatir las picaduras de alguno de los insectos más temidos, como son las abejas y las avispas, debemos dejar claro que la fórmula nunca es matarlos.

Necesitamos la labor que las abejas llevan haciendo miles de años para combatir el hambre en el mundo. Porque de su polinización dependen enormes cantidades de cultivo.

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abejas cartel 328 / Imagen: Cartel de la FAO

La seguridad alimentaria depende de las abejas

No en vano, una abeja es capaz de trabajar como si fuese una bestia de carga y polinizar hasta 7.000 flores al día. Y esa polinización es el proceso natural gracias al que las flores son fecundadas para dar semillas y frutos. Por eso se considera que es la clave de la biodiversidad.

Y por eso se puede afirmar que de estos insectos polinizadores (abejas, abejorros, avispas, hormigas...) depende nuestra seguridad alimentaria, hasta el punto de que según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación), una tercera parte de los alimentos dependen de las abejas, así como un 90% de las plantas silvestres con flor.

Y aunque en el mundo existan unas 20.000 especies de abejas silvestres, y en Europa unas 2.500,lo cierto es que según Greepeace un 37% de las poblaciones de abejas están amenazadas y en peligro de extinción, según Greenpeace.

abeja 1920

abeja 1920 / Foto: NickRivers / Pixabay

Debemos cuidar a las abejas... y tener cuidado con las abejas

Dicho lo anterior, también es cierto que en estos días comenzamos a encontrarnos con los primeros ejemplares de abejas y avispas bien despiertas, y su picadura no es plato de buen gusto.

Según la Sociedad Española de Alergología (SEAIC), se estima que en España:

  • «La prevalencia de reacciones locales extensas por picadura de himenópteros (abejas, avispas, hormigas…) , lo que vulgarmente entendemos como hinchazón de la zona de la picadura, que persiste unas 24 horas, se sitúa entre el 5,3% y el 26,4%».

Afortunadamente, aquellos a los que el ataque de una avispa o abeja les produce una reacción generalizada en todo el cuerpo (reacción sistémica), son sólo un 2,3% de la población general.

Y la mortalidad debida a estas reacciones es completamente residual y se sitúa entre 0,03 y 0,48 muertes por cada millón de personas y año.

Se calcula que en la Unión Europea hay alrededor de 200 muertes anuales por picadura de estos insectos.

Tipos de reacción a la picadura

Cuando estos insectos pican, introducen veneno en nuestro cuerpo. Se trata de un conjunto de sustancias, muchas de ellas tóxicas, que hacen que nuestro organismo reaccione.

Pero no a todos nos afectan por igual las picaduras. 

La SEAIC diferencia 3 tipos de reacción ante el veneno de abejas y avispas.

  • Reacciones por la acción propia del veneno:

Lo más normal es que tras la picadura aparezca una reacción en la piel de corta duración, con enrojecimiento e hinchazón alrededor del sitio de la picadura, de un diámetro menor de 10 cm.

En función de la zona de la picadura podemos sentir un dolor más o menos intenso, e incluso picor, que desaparecerá en cuestión de pocas horas.

  • Reacciones locales extensas:

En estos casos la cosa se complica un poco, porque la inflamación se extiende más allá de los 10 centímetros y dura mucho más tiempo.

Por ejemplo, si hemos tenido la mala suerte de que nos piquen en una mano o un pie, se puede llegar a inflamar todo el brazo o parte de la pierna. Además, suele doler y picar, y la zona estará enrojecida y dura.

  • Anafilaxia: 

Este tipo de reacción generalizada se produce en personas alérgicas al veneno de estos insectos. Una sola picadura bastará para que aparezcan ronchas o habones, dificultad para respirar, mareo…

Y si nos encontramos ante este tipo de reacción el tiempo es vital. Así que hay que llamar a los servicios de emergencias para que traten al paciente lo antes posible.

abeja 280

abeja 280 / Imagen: Myriams-Fotos / https://pixabay.com/es/photos/

¿Qué hago si me pican?

Probablemente hayamos visto utilizar todo tipo de remedios caseros cuando se produce una picadura de insecto, como aplicar barro, pasta de dientes… Pero no. Esto no sirve para nada y puede, además, infectar la picadura.

Así que lo mejor es fiarse de los expertos en alergología de la SEAIC y seguir estas sencillas prácticas:

  1. Lo primero es lavar la herida con agua y jabón para evitar sobreinfecciones.
  2. Una vez limpia la zona, podemos aplicarnos frío. ¡Pero cuidado! Si nos ponemos hielo hay que hacerlo siempre envuelto en una toalla o algún tejido para evitar el contacto directo con la piel, porque nos podemos quemar.
  3. Si lo que nos ha picado es una abeja tendremos que retirar el aguijón que nos ha dejado dentro. Pero sin apretar, porque contiene veneno y si presionamos podríamos incluso inocular más veneno. Debe retirarse con la uña de abajo hacia arriba.
  4. Cuando la reacción es más extensa los alergólogos aconsejan «la aplicación en la zona de frío o amoniaco en los primeros momentos, para retrasar la absorción de veneno». Un antihistamínico puede aliviar la hinchazón y el dolor.
  5. Si ya hablamos de reacciones anafilácticas lo mejor es avisar a emergencias. En caso de que el paciente sepa que es alérgico a este tipo de picaduras, probablemente llevará consigo el tratamiento prescrito por su médico, así que habrá que administrárselo de manera e inmediata.

El primer paso: evitar las picaduras

Cierto que no es fácil. Que a veces un momento de relax en un parque o un bosque es alterado de repente por la aparición de una abeja o una avispa que interrumpen nuestro momento de paz.

Pero ahora que ya conocemos la importantancia de estos insectos y sabemos que nunca debemos matar a la abeja, bueno será repasar algunos trucos que nos recuerdan  desde la SEIAC para evitar que nos piquen, sobre todo si ya sabemos que tenemos alergia a este tipo de insectos.

  • No se acerque nunca a panales de abejas ni a nidos de avispas. Si accidentalmente ocurriera, debemos alejarnos con movimientos lentos.
  • Si una abeja o avispa se posa sobre nosotros, «no intente matarla ni espantarla, permanezca quieto o haga sólo movimientos lentos hasta que se aleje».
  • Si bebemos algún líquido azucarado, cuidado. Debemos comprobar que no hay abejas o avispas en los bordes del recipiente.
  • No manipular frutas ni comidas al aire libre.
  • No se acerque a los cubos de basura en la calle.
  • Si deja ropa en el suelo sacúdala antes de ponérsela, pues puede haber alguna avispa entre sus pliegues.
  • Evite caminar descalzo, así como hacerlo por huertos en floración, campos de trébol o cualquier área con abundantes flores.
  • Usar ropa de colores poco llamativos puede ayudar.
  • Y si vamos a ir al campo puede ser una buena idea no echarnos colonia o lacas.
  • No pode árboles ni siegue césped o setos durante la época de actividad de estos insectos.
  • Es posible chocar con insectos cuando practicamos deporte al aire libre, así que debemos evitar zonas donde haya muchas flores.

Todos los 20 de mayo, desde 2018

El Día Mundial de las abejas se celebra todos los 20 de mayo desde que el 18 de octubre de 2017, y a petición de Eslovenia, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió designar el 20 de mayo para crear conciencia sobre la importancia de los polinizadores (también se incluyen las mariposas, los murciélagos y los colibríes) y la necesidad de defenderlos de las muchas amenazas a las que se enfrentan.

La elección del día anual, el 20 de mayo, se debe a la fecha del nacimiento de Anton Janša, quien en el siglo XVIII fue pionero en las técnicas modernas de apicultura en su país natal, Eslovenia, y reconoció a estos insectos "por su habilidad para trabajar duramente y requiriendo a la vez muy poca atención"·.