La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado por primera vez en su historia una lista de los 19 hongos más peligrosos para la salud pública.

Este catálogo de patógenos fúngicos prioritarios tiene como objetivo "tener en cuenta las necesidades no atendidas en materia de investigación y desarrollo (I+D) y la importancia percibida para la salud pública".

Además, se pretende "estudiar tales patógenos e impulsar nuevas investigaciones e intervenciones de política para fortalecer la respuesta mundial a las infecciones fúngicas y la resistencia a los antifúngicos".

Esta es la lista de los 19 hongos más peligrosos, clasificados en 3 grupos OMS

¿Qué son los hongos y cómo se tratan las infecciones que causan?

Los hongos son muy contagiosos. De ahí que se hayan convertido en "una amenaza importante para la salud pública, ya que cada vez son más comunes y resistentes al tratamiento".

Son microorganismos que habitan, sin producir ningún problema para nuestra salud, en la piel, las uñas o el pelo. 

Las infecciones fúngicas afectan especialmente a los pacientes inmunodeprimidos Pexels

Hay determinados factores que pueden desencadenar su aparición, como son los lugares húmedos, que pueden ser realmente perjudiciales para los pacientes enfermos o con sistemas inmunitarios debilitados:

  • Cáncer
  • VIH/sida
  • Trasplantes de órganos
  • Enfermedades respiratorias crónicas, como la EPOC
  • Tuberculosis.

Como señala la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC), estos patógenos son "uno de los caballos de batalla más importantes en los servicios de Medicina Intensiva".

Este tipo de infecciones "son más frecuentes en pacientes con comorbilidades o en pacientes muy graves, por lo que la posible sobreinfección adquirida agrava el cuadro clínico".

  • "Para la mayoría de los patógenos no se dispone de pruebas diagnósticas rápidas y sensibles, y las que existen no están disponibles de forma generalizada", explica el organismo internacional. 

Pero, ¿por qué está aumentando a nivel global la incidencia de las infecciones fúngicas? La OMS lo achaca al calentamiento global, el aumento de los viajes y el comercio internacional. 

Como resalta la doctora Hanan Balkhy, Subdirectora General de la OMS, Departamento de Resistencia a los Antimicrobianos (AMR):

  • "Surgidas en la sombra de la pandemia de resistencia bacteriana a los antimicrobianos, las infecciones fúngicas van en aumento y son más resistentes que nunca a los tratamientos, lo que las convierte en un problema mundial de salud pública".

Por eso, su tratamiento es realmente difícil, ya que “actualmente solo se dispone de cuatro clases de medicamentos antimicóticos y hay muy pocos candidatos en fase de desarrollo clínico”, que es el proceso de comercialización de un fármaco.

¿Cuáles son los hongos más frecuentes?

De acuerdo al informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los hongos que pertenecen al "grupo crítico" y más peligrosos para nuestra salud son:

  • Cryptococcus neoformans. Es un hongo levaduriforme encapsulado que fue descubierto hace 100 años y que se transmite por inhalación a partir de excrementos contaminados.

Es un patógeno que puede causar neumonías graves, meningitis o meningoencefalitis (inflamación tanto de las meninges como el encéfalo).

Los hongos pueden producir de neumonía, meningitis a candidiasis Pexels

Su infección es más habitual que se produzca en pacientes inmunodeprimidos, como personas en tratamiento por cáncer, medicados con corticosteroides o trasplantados.

La mayoría de los pacientes con meningitis o meningoencefalitis presenta síntomas tales como:

  • Fiebre
  • Malestar general
  • Dolor de cabeza
  • Rigidez de cuello
  • Vómitos.

En el caso de neumonía, la sintomatología más importamte son:

  • Tos
  • Fiebre
  • Dificultad para respirar.

Causa infecciones graves y se suele propagar en centros hospitalarios.

Puede causar infecciones invasivas sanguíneas y de otros tipos, sobre todo, en pacientes ingresados y personas en centros de mayores.

Se estima que un tercio de los enfermos fallece  dentro del primer mes treas el diagnóstico.

“Los medicamentos antimicóticos que comúnmente se usan para tratar otras infecciones por Candida, con frecuencia no tienen efecto en la auris. Algunas cepas aisladas de Candida auris son resistentes a las tres clases principales de medicamentos antimicóticos”. 

  • Aspergillus fumigatus. La aspergilosis es una infección que afecta al aparato respiratorio. Está presente tanto en espacios interiores como cerrados. Si es verdad que la mayoría de las cepas de este hongo son inofensivas, hay algunas que pueden causar enfermedad grave, especialmente, en personas con el sistema inmunitario debilitado.

La tos es el síntoma principal de la aspergilosis y, si no se trata a tiempo, puede empeorar con el tiempo y provocar:

  • Tos con sangre
  • Sibilancia
  • Falta de aire
  • Pérdida de peso
  • Malestar general.

Además de los pulmones, este hongo puede afectar a los senos paranasales, que están localizados por detrás de la frente, entre los huesos de la nariz, las mejillas y los ojos. Causa congestión nasal, que puede estar acompañada de sangre, fiebre y dolor en la zona.

El tratamiento principal es la prescripción de medicamentos antimicóticos.

  • Candida albicans. Es un hongo diploide que produce candidiasis, una infección vaginal que afecta a 3 de cada 4 mujeres.

Algunos de los síntomas más habituales de la candidiasis vaginal son:

  • Picor e irritación de la zona
  • Sensación de ardor durante las relaciones sexuales o al orinar
  • Enrojecimiento o inflamación de la vulva. 

El diagnóstico se realiza a través de un cultivo micológico.

El tratamiento puede ser a base de medicamentos antimicóticos durante tres a siete días, tanto en formato de crema como supositorios, o como medicamentos orales de dosis única.

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Pero si la cándida es más resistente, la enfermedad puede tardar hasta dos semanas en desaparecer.

Durante el tratamiento se debe evitar la ropa ajustada, utilizar ropa interior de tejidos naturales y usar geles con pH básico. También deberíamos evitar lavar la zona en exceso.