Cuando nos lavamos los dientes más de una vez nos olvidamos de la lengua, un elemento determinante en nuestro día a día y que debemos cuidar igualmente y limpiar cuando lavamos nuestros dientes.

"Debemos partir de la base de que la lengua (al igual que el resto de la boca) no es estéril. Es normal que tenga microorganismos, que permanecen en equilibrio unos con otros, y sin producir patología en circunstancias normales", aclara la doctora Rocío Cerero, al tiempo que subraya que la higiene lingual habitual debe formar parte de la higiene bucal, ya que es deseable que la lengua esté limpia y no acumule demasiados residuos.

Según explica, el dorso lingual no es liso, tiene papilas filiformes, unos 'pelos' que proporcionan muchas irregularidades y posibilidades de albergar células descamadas, bacterias, e incluso restos de comida.

¿Cuándo es necesaria?

"Pero cuando hay alguna alteración, como puede ser la falta de saliva, una dieta blanda y pobre en alimentos frescos, la ingesta de determinados fármacos, o una disminución de la inmunidad, este equilibrio se rompe y la lengua aparece sucia. En estos momentos es todavía más importante esa higiene", subraya la presidenta de la SEMO.

En este sentido, apunta también a las personas fumadoras, en quienes considera que también sería muy importante la higiene, ya que, con el cepillado y la remoción de restos, se reduce el tiempo de contacto con los carcinógenos del tabaco.

Con ello, destaca que la higiene de la lengua se puede hacer con un cepillo de dientes muy blando. Añade que, generalmente, no es necesario emplear pasta dental. Dice que tampoco es necesario poner fuerza ni estar mucho tiempo: "Es suficiente con unas cuantas pasadas para no producir irritación. También hay raspadores linguales para ocasiones especiales".