Cada vez son más los casos de trastornos de la conducta alimentaria (TCA) que se diagnostican. Y algunas de estas alteraciones de la conducta ante la comida las podríamos resumir en las siguientes:

  • Anorexia
  • Bulimia nerviosa
  • Trastorno por atracón
  • Trastornos por evitación o restricción de la ingesta de alimentos.

Las cifras son realmente alarmantes. Y aunque en muchos casos es debido a la pandemia, actualmente estos trastornos afectan en España a más de 400.000 personas. Cifra que se incrementa en un 15 por ciento si nos fijamos en un grupo de edad, el de los menores de 12 años.

Dolencias graves con tratamientos largos

Los trastornos de la conducta alimentaria son una dolencia grave, con tratamientos muy largos, de entre 4 y 5 años.

En un primer momento, los programas de tratamiento se centran en controlar las consecuencias físicas del trastorno y las conductas alteradas con la comida. Es una fase fundamental ya que la desnutrición puede actuar además perpetuando el problema. 

Pero posteriormente, cuando se llega al control de estas conductas hacia la comida, hay una parte esencial que tiene que ver con las emociones, los pensamientos y la valoración que de sí mismos hacen los niños y adolescentes. Y este tratamiento puede llegar a ser todavía más largo, pero indispensable para superar el trastorno alimenticio.  

El impacto de los perros

Precisamente para ayudar en el tratamiento de estas pacientes, el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús, en colaboración con la Universidad Rey Juan Carlos y PURINA, han presentado los resultados de la segunda fase de un estudio sobre el impacto que tienen las intervenciones asistidas con animales para adolescentes con trastornos de la conducta alimentaria. 

Este estudio se propuso investigar los beneficios en la sintomatología relacionada con los TCA, así como en variables de salud mental como la ansiedad, la calidad de vida, la fuerza o la composición corporal que los perros de terapia brindan a estos jóvenes.

Después de que los profesionales analizaran las sesiones y la evolución de los pacientes, se han concluido que la interacción con los perros favorece su recuperación. 

Las pacientes pasaron 50 minutos semanales interactuando con los perros.

50 minutos semanales en contacto con los animales

Este estudio se puso en marcha en 2018 con una primera serie de pacientes. Y ahora se ha llevado a cabo con 32 adolescentes menores de 18 años diagnosticadas con Trastorno de la Conducta Alimentaria y repartidos en dos grupos,.

Son pacientes que siguen su tratamiento en el Hospital de Día psiquiátrico del Niño Jesús (en Madrid), y han participado en 24 sesiones semanales, llevadas a cabo entre abril y diciembre de 2021. 

Cada sesión contó con la colaboración y el apoyo de un psicólogo experto en intervención asistida con animales, dos técnicos en este tipo de intervenciones y dos perros. 

Las sesiones tienen una duración de 50 minutos e incluyen:

  • Una bienvenida destinada a entrar en contacto con el perro (5 min)
  • Una parte principal donde los participantes aprenden nociones básicas sobre el adiestramiento canino
  • Otra fase de desarrollo en la que intentan adiestrar a los perros (40 min)
  • La sesión finaliza con una parte de cierre para despedirse de los perros (5 min). 

En la parte principal los pacientes realizan diferentes actividades y ejercicios con el perro para trabajar progresivamente distintos objetivos que persiguen mejorar la salud tanto mental como física de los pacientes a través de la vinculación con el perro.

Las adolescentes con TCA redujeron la ansiedad y ganaron peso gracias a su contacto con lo perros.

Reducción de los niveles de ansiedad y aumento de peso de las pacientes

Entre las mejoras que se han detectado entre las adolescentes que participaron en estas 'sesiones caninas', en el grupo IAA se han detectado:

Te puede interesar:

  • Una mejoría en la composición corporal y peso del grupo de intervención, aumentando un 4% su índice de masa corporal entre el momento pre y post del total de las sesiones, siendo la mejoría el doble respecto al grupo control.
  • Mejoría de su estado de ansiedad en aquellas pacientes que participaron en la intervención asistida con animales, comparando el momento previo a la intervención y el posterior. En concreto, la ansiedad se redujo en un 10% en los momentos posteriores de las sesiones, mientras que el grupo control a penas lo hizo en un 1%.
  • La mejoría más clara se presentó en aquellos aspectos relacionados con la desconfianza hacia los demás, los miedos con respecto a las sensaciones sobre su propio cuerpo y el miedo a los cambios corporales. 
  • Concretamente, la desconfianza interpersonal mejora en un 36% respecto al momento previo a la terapia, en un 13% la conciencia interoceptiva, y bajan los síntomas de miedo a la maduración en un 17%.
  • También se mostró una mejoría en la composición corporal y peso del grupo de intervención, aumentando un 4% su índice de masa corporal entre el momento pre y post del total de las sesiones, siendo la mejoría el doble respecto al grupo control.

La Coordinadora del Hospital de Día de Adolescentes del Servicio Psiquiatría y Psicología del Hospital Niño Jesús, la doctora Beatriz Martínez, ha querido mostrar su optimismo ante este tipo de iniciativas, que aportan valor añadido al trabajo multidisciplinar que se lleva a cabo en la unidad de ese hospital.