Inyecciones para adelgazar y curar otros males: cómo funcionan

En la OCU analizan todo lo que se sabe sobre estas inyecciones.

Jeringuilla

Jeringuilla / Foto de Raghavendra V. Konkathi en Unsplash

Las famosas inyecciones para adelgazar han supuesto una revolución entre las personas que necesitan perder peso. Los principios activos de semaglutida, liraglutida y tirzepatida, que se comercializan en las inyecciones de Wegovy, Saxenda y Mounjaro, resultan eficaces siempre que su uso se combine con una dieta baja en calorías y un aumento de la actividad física. En estas condiciones, la pérdida de peso puede alcanzar entre un 8% y un 20% anual en función del principio activo y la dosis que se usen.

La OMS advierte que puede haber desabastecimiento de jeringas para vacunas

La OMS advierte que puede haber desabastecimiento de jeringas para vacunas / Archivo

En la actualidad, los pacientes que sufren diabetes tipo 2 y obesidad pueden adquirir las inyecciones con financiación pública. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha solicitado al Ministerio de Sanidad que la financiación pública se amplíe a personas sin diabetes pero con obesidad y alguna enfermedad asociada al mismo. Una estrategia ya aprobada en el Reino Unido con las inyecciones de Wegovy y Saxenda para personas con un Índice de Masa Corporal igual o superior a 35.

Hallazgos sobre cómo actúan en otras enfermedades

Desde la Organización de Consumidores señalan que, más allá de sus dos usos autorizados para el tratamiento de la diabetes tipo 2 y del sobrepeso y obesidad, se está investigando cómo actúan estos principios activos en otras áreas terapéuticas. Se sabe que aparte del páncreas, el intestino y el cerebro, hay otros órganos susceptibles a la acción de la GLP-1 y es sobre estos otros órganos y las posibles enfermedades relacionadas con ellos donde se está centrando la investigación.

Las grandes líneas de investigación se centran en los efectos en el sistema nervioso central, en enfermedades hepáticas de origen metabólico, en problemas de fertilidad y, sobre todo, en las enfermedades cardiovasculares.

Síndrome de ovario poliquístico

En esta enfermedad que impide la fertilidad, se produce una disminución de la hormona responsable de la ovulación y un exceso de hormonas masculinas, que, a su vez, promueven la acumulación de grasa abdominal, sobrepeso y resistencia a la insulina. Varios estudios han demostrado que los aGLP-1 han logrado que mujeres con el síndrome de ovario poliquístico y sobrepeso adelgacen, mejorando no solo el perfil metabólico, sino la regularidad de la menstruación y un aumento de la tasa de embarazo. 

Un sanitario con una jeringa.

Un sanitario con una jeringa. / María José López - Europa Press

Efecto antiadictivo

Lo que se sabe por estudios en modelos animales y por estudios observacionales en personas que estaban usando algún medicamento aGLP-1 es que actúan en el sistema nervioso central ejerciendo un fuerte efecto antiadictivo.

Alzheimer y Parkinson

Cada vez hay más evidencia que relaciona la diabetes tipo 2 con un mayor riesgo de sufrir estas enfermedades neurodegenerativas. De ahí que se esté investigando si los medicamentos para tratar la diabetes, entre ellos los aGLP-1, podrían ayudar en el alzhéimer y el párkinson. Por el momento, lo que se sabe por estudios en modelos animales modificados genéticamente para que manifiesten estas enfermedades es que estos medicamentos mejoran los mecanismos patológicos. 

Hígado graso

Se estima que un 30% de la población tiene hígado graso no alcohólico, enfermedad que en última instancia conduce a cáncer o fallo hepático. La obesidad, diabetes, colesterol y triglicéridos altos son los principales factores de riesgo y el único tratamiento por el momento eficaz consiste en perder peso. Se ha visto que en personas con diabetes tipo 2 y/o sobrepeso u obesidad que a su vez padecían hígado graso no alcohólico, el tratamiento a base de aGLP-1 reducía el contenido graso del hígado y retrasaba la progresión de la enfermedad.

Enfermedades cardiovasculares

Es de sobra conocido que el sobrepeso y la obesidad son un factor de riesgo de sufrir hipertensión, enfermedades de las arterias coronarias (angina de pecho, infarto de corazón), ictus e insuficiencia cardiaca. Además, la obesidad abdominal aumenta el riesgo de resistencia a la insulina. Diferentes ensayos clínicos de gran tamaño han demostrado que los aGLP-1 en pacientes diabéticos y con alto riesgo de sufrir un evento cardiovascular disminuyen entre un 15 y un 20% la probabilidad de sufrir un nuevo ictus o infarto o de morir a consecuencia de ello. De ahí que actualmente los cardiólogos recomienden el uso de estos medicamentos como tratamiento de control de la glucosa en pacientes con diabetes tipo 2 y alto riesgo de sufrir un evento cardiovascular.

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