Vivimos en una sociedad muy sedentaria. La masa muscular, algo en lo que generalmente no pensamos, es más importante de lo que creemos para nuestra salud, sobre todo si vamos cumpliendo años.

El doctor Fernando Serrano, jefe de servicio de Rehabilitación del Hospital Universitario de Móstoles (Comunidad de Madrid), y entrenador nacional de triatlón, un experto en la materia, explica que por masa muscular se entiende el volumen que representan los tejidos totales del cuerpo que corresponden al músculo: "La masa muscular varía en la vida con respecto a los años, aumenta hasta los 25, se estabiliza más o menos entre los 30 y los 35, y a partir de esa edad se suele perder entre un 3 y 8% por década. A partir de los 50 hay una pérdida importante y esto se acelera mucho más a partir de los 70".

¿Por qué desciende con la edad?

¿Por qué disminuye con los años? Este especialista señala a varias razones, siendo la primera de ellas porque disminuye el metabolismo, es decir, "el engranaje de vida del cuerpo", y también la formación de proteínas.

En segundo lugar, indica que desciende la capacidad de los vasos sanguíneos de llevar nutrientes y oxígeno a las células musculares, es decir, "no solo disminuye la maquinaria vital, el metabolismo, sino también la red de abastecimiento". Al mismo tiempo, apunta que, con los años, también aparecen alteraciones hormonales que tienen incidencia en la síntesis o formación de proteínas.

En cuarto lugar, el doctor Serrano menciona a un menor tiempo que dedicamos a la actividad, lo que trae consigo menos estímulos neurológicos, físicos, químicos (al haber diferentes perfiles hormonales con la edad disminuyen los estímulos hormonales). "A todo esto hay que sumarle que, a media que avanzan años, empezamos a tener menos cuidado con la nutrición y estamos más pendientes de nuestros hijos que no de un abuelo de 70", subraya.

Consejos que dar a los ciudadanos

En consonancia, el jefe de servicio de Rehabilitación del Hospital Universitario de Móstoles ve muy importante que todas las personas tuviéramos una especie de programa personalizado de ejercicio físico, igual que nos aseamos, el hecho de que en nuestra mochila de autocuidados tuviéramos un pequeño programa de ejercicio físico que fuera sencillo, con el que estuviéramos identificados, y que lo hiciéramos en casa.