Rondan muchos mitos en torno al cuidado de la salud y, del mismo modo que se piensa que el ginecólogo es solo cosa de mujeres, se cree que el urólogo es solo cuestión de hombres, cuando no es así. Las mujeres pueden necesitar la supervisión de un urólogo por muchos motivos que en este artículo te contamos, así que no destierres la idea de acudir a este experto si eres mujer.

“Cantidad de mujeres sufren frecuentemente problemas urinarios, como pueden ser las infecciones urinarias, al igual que los hombres, y es a este profesional a quien habrá que acudir cuando esto ocurra”, advierte a modo de ejemplo el doctor Juan José Monserrat, jefe del servicio de Urología del Hospital Quirónsalud Valencia.

Existen, precisa, “múltiples y muy frecuentes motivos” por los que la mujer se puede beneficiar de la ayuda del urólogo, entre los que se encuentran:

  • Infecciones urinarias recurrentes en mujeres sexualmente activas, postmenopáusicas o con alguna alteración del aparato urinario.
  • Incontinencia urinaria en sus diferentes tipos: de esfuerzo, de urgencia o mixta.
  • Prolapsos pélvicos
  • Cálculos urinarios
  • Tumores genitourinarios, aunque estos suelen ser más frecuentes en el hombre.

“Cuando se habla de urología pensamos erróneamente que es una especialidad médica únicamente para hombres, ya que las mujeres tienen como especialista al ginecólogo. Sin embargo, las mujeres también deben acudir al urólogo para hacerse revisiones periódicas o cuando se presente algún problema, por ejemplo, en los riñones, en la vejiga o en la uretra”, insiste este especialista.

Además, llama la atención sobre la necesidad de que la mujer acuda al urólogo durante la menopausia. Señala que las patologías y síntomas se pueden dar en mujeres de cualquier edad; sin embargo, son más frecuentes en mujeres que han alcanzado esta etapa de la vida.

“De ahí la importancia de llevar un seguimiento con el especialista en urología, ya que a través de una sencilla valoración se pueden descartar patologías relevantes y ayudar a identificar problemas en fases iniciales que se pueden corregir con medidas higiénicas, entrenamiento de la vejiga, ejercicios de suelo pélvico, etc., sin la necesidad de recurrir a fármacos ni a tratamientos quirúrgicos”, defiende el doctor Juan José Monserrat.