Cuando se acercan los meses de calor, son muchas las personas que aspiran a bajar de peso y lograr esos cuerpos idealizados en las redes sociales, revistas, televisión, publicidad… Se colocan en la casilla de salida de una carrera contrarreloj que está llena de obstáculos y que suele estar abocada al fracaso por perseguir cambios instantáneos en poco tiempo.

Parece que encontrar la fecha idónea para comenzar la conocida como ‘operación biquini’ es imposible, pero la doctora endocrina y nutricionista Juana Fraile conoce cuándo la motivación por cumplir esos objetivos es mayor: en año nuevo. Es un tópico, pero un cambio de número en el calendario y los propósitos, pueden arrastrar a conseguir los objetivos marcados. 

Vivimos en una sociedad que celebra todo a través de la comida y la bebida, el periodo vacacional está lleno de quedadas con familiares y amigos que pueden convertirse en piedras en el camino para lograr lo que se desea. Por eso, cuando los pacientes van a la consulta de la doctora Fraile en fechas próximas a estas, lo plantea como "una toma de contacto. Realmente el trabajo lo vamos a hacer en septiembre"

El resultado varía en función de la fuerza de voluntad que cada uno invierta en su proyecto personal

Comer sano

El objetivo de la mayoría es bajar de peso, frente a la opción de cambiar los hábitos alimenticios por una cuestión de salud. El método para lograr lo que se proponen no es una dieta restrictiva, es la educación para saber qué, cuánto y cómo comer para llevar un estilo de vida que asiente raíces. Juana explica esto con una metáfora: los alimentos que escogemos son después nuestra energía; "¿Tú le pondrías la gasolina de un tractor? Nuestra comida es nuestro combustible".  

Hay que lograr un déficit calórico, pero, para ello "no se puede pasar de un extremo a otro, se necesita paciencia", subraya, "hay que trabajarlo". Hay personas que se lanzan a cambiar sus hábitos drásticamente para conseguir perder peso, pero puede tener consecuencias tales como cambios en el ánimo, disparar la ansiedad por la comida, que altere tus niveles de energía... todo ello por no pasar por una transición.

Tener el cuerpo soñado no debe pasar por traumas, restricciones o probar trucos milagrosos que no funcionan, lo hace por una buena alimentación que mejorará, a su vez, la salud. "Cuando le das la oportunidad a una persona de cuidarse, no lo quiere dejar", porque "una dieta significa encontrarse bien".

Las famosas dietas milagro no salvan ningún verano 

Prometen perder peso, sin esfuerzo y de forma rápida, pero lejos de lo que prometen, no se mantendrán en el tiempo y pueden tener consecuencias negativas para la salud. Las características de las dietas milagro son demonizar alimentos u obcecarse con alguno en torno al que va a girar la alimentación. Siempre con un objetivo, adelgazar de cara al verano.

La dieta del grupo sanguíneo, el método Dukan, Atkins, Rina, Scardale, la de la col, la sopa de cebolla, comer avena todo el día... Son peligrosas, pueden producir falta de nutrientes por enfocarse solo en algunos alimentos, conllevan en muchos casos a la deshidratación para perder kilos de forma rápida, cambios graves en el metabolismo, deshacerte de masa muscular y llevar al temido efecto rebote.

La doctora Juana Fraile tiene claro que "las dietas milagro no existen, lo que funciona es educar" en la forma de alimentarnos, comer sano, acostumbrarse a ello y tomarlo como una forma de vida, en ese punto está "hecho para conseguir tu sueño". No es viable mantener restricciones severas durante un tiempo prolongado porque puede intensificar el deseo y en determinados casos llevar a atracones.

Keto, détox, ayunos...

El cuerpo pide lo que necesita, tras unos días comiendo fuera de casa, por ejemplo, se pueden usar métodos que ayudan a desintoxicar o desinflamar para ayudar a volver a su estado habitual, como la conocida dieta keto (reduce hidratos) o détox (depurativa). La doctora opina que incluso "puedes sustituir alguna comida" o "algo más restrictivo, suprimirlas", como en el ayuno, pero debe hacerse de forma controlada y ocasional para lograr su efectividad y viabilidad.

Puntualmente pueden ser beneficiosas conociendo cómo hacerlo, pero hay que tener cuidado y llevarlo a cabo sin "restricciones severas mantenidas en el tiempo" porque no es una dieta factible a largo plazo. Lo ideal son dietas mixtas donde además de comida ‘natural’, se pueden incluir complementos como los que suele ofrecer Juana; batidos de proteína u omega 3, que ayudarán a acelerar el proceso de adelgazar.

Peligros

Cada vez hay más casos, los trastornos de conducta alimentaria están a la orden del día. Por un lado, los que desembocan en conductas restrictivas, conocidos como "anorexia nerviosa" y por otro, atracones, normalmente relacionados con el estrés o ansiedad y que suelen darse en la noche, con hidratos de carbono y dulces y de forma repentina.

"Existe una unión muy importante entre alimentación, propiamente dicha, y el lado emocional"

Esto demuestra que la alimentación va más allá de ser algo que usamos para nutrirnos, a un lado más psíquico que debe tratarse a la par, "existe una unión muy importante entre alimentación, propiamente dicha, y el lado emocional», confirma la nutricionista.

"Con una dieta estructurada, no debes tener hambre físico, tu cuerpo va a estar bien, otra cosa es el hambre emocional que nos puede traicionar cuando tenemos problemas psicológicos", aclara. 

Por esta razón y teniendo en cuenta a los problemas psicológicos a los que se enfrenta como profesional, tiene claro que esta dieta o, más bien, la forma en la que enseña a comer a sus pacientes, debe pasar por conocer el trasfondo de los problemas individuales porque es prioritario "estar emocionalmente fuertes" para poder avanzar. 

Está claro que hay productos de mejor y peor calidad por sus valores nutricionales y sus calorías, y que deben evitarse, pero hay pacientes, como los que tienen ansiedad y estrés, a los que no se les debe restringir completamente pues puede causar en ellos un efecto contrario. Para Juana, hay que plantearse qué va a ser mas productivo, teniendo presente el esfuerzo de cada uno.