El COVID afecta de distintas maneras en función de cada persona. La mayoría de las personas que se contagian presentan síntomas de intensidad leve o moderada, y se recuperan sin necesidad de hospitalización.

Hasta ahora, para saber si tenías COVID o no, la solución más correcta era hacer un test de antígenos o una PCR, ya que se tratan de las dos pruebas más asequibles que una persona se puede hacer.

No obstante, diversos investigadores han señalado que hay dos síntomas que preceden a una prueba positiva de COVID de ómicron: la fatiga y los mareos o desmayos. La fatiga, entendida en realidad como debilidad o dolor muscular es uno de los síntomas del coronavirus.

Y es que ambos síntomas se desarrollan en la variante ómicron pero, según todos los expertos, los pacientes que han enfermado de ómicron han comunicado que, primero, han sufrido episodios de fatiga e, incluso, algún desvanecimiento o pérdida leve de consciencia.