El Cristo de las Batallas, el “faro” que guía a Toro

La ciudad revive la fiesta de su patrón con la tradicional procesión, misas en la ermita y una jornada de convivencia en la pradera

Cofrades y vecinos de Toro arropan al Cristo de las Batallas durante la tradicional procesión que recorrió la pradera. | M. J. C.

Desde la vega toresana, el Cristo de las Batallas es el faro que guía a los navegantes de esta tierra de labradores” .

De esta manera, el párroco, Juan José Carbajo, definió en la homilía de la misa de fiesta el fervor que los toresanos sienten por el patrón de la ciudad.

Tras dos años en los que la pandemia y las restricciones impidieron celebrar una fiesta que forma parte de las tradiciones más arraigadas en Toro, los vecinos se reencontraron el Lunes de Pentecostés en la pradera del Cristo de las Batallas para revivir la popular romería y para asistir a las eucaristías oficiadas por diferentes intenciones en la ermita que, durante todo el año, custodia la venerada imagen.

Miembros de la hermandad, familiares y sacerdotes en la misa de fiesta oficiada en la ermita. | M. J. C.

El toresano y obispo emérito de León, Julián López, presidió la misa de fiesta, concelebrada con otros siete sacerdotes y que reunió en el interior de la ermita a cofrades, abades, autoridades y vecinos que, con sumo respeto, volvieron a encomendarse al patrón al que imploraron su protección.

En la despedida de la eucaristía, en la que participó el coro de “La Mayor”, López recalcó que el amor y la devoción al Cristo de las Batallas y a la Virgen del Canto son “señas de identidad” de Toro que deben ser transmitidas a las nuevas generaciones para preservarlas y que perduren en el tiempo.

Los abades en ejercicio de la cofradía participan en el desfile con la imagen del patrón. | M. J. C.

Precisamente la transmisión de una tradición tan enraizada en Toro protagonizó uno de los momentos más emotivos de la fiesta, ya que por primera vez en la historia de la cofradía, tres generaciones de una misma familia compartieron el honor de desempeñar al mismo tiempo el cargo de abad.

Con 87 años, Victoriano Fortuoso Andrés compartió con su hijo y con su nieto, Elías Fortuoso Vinagre y Miguel Fortuoso Álvarez, respectivamente, la emoción de portar la vara de abad de una cofradía a la que las tres generaciones se sienten muy unidas por una misma razón: la devoción al Cristo de las Batallas.

Visiblemente emocionados los tres miembros de la familia participaron en la misa de fiesta, durante la que pudieron compartir con otros abades en ejercicio, amigos y vecinos una experiencia que guardarán para siempre en su memoria.

Vecinos disfrutan de la jornada de romería y convivencia en la pradera del Cristo M. J. C.

Una vez concluida la misa de fiesta, los cofrades e invitados degustaron un aperitivo en la hospedería del Cristo de las Batallas, mientras que numerosos toresanos se dirigieron a la pradera para preparar el típico almuerzo campero a base de limonada, refrescos, embutidos, queso, empanadas, tortillas de patata o carne a la brasa.

A pesar de que fueron muchos los toresanos que se acercaron hasta la pradera para revivir “con normalidad” la popular romería, el presidente de la cofradía, Fernando Roldán, reconoció una menor participación, porque muchos vecinos aprovechan el puente festivo para viajar o porque deciden celebrar la fiesta en fincas familiares.

Destacó Roldán que desde la cofradía se intenta cada año involucrar a los jóvenes en la fiesta, aunque también reconoció que es preciso que abuelos y padres colaboren en la transmisión a las nuevas generaciones de una tradición que ha conseguido mantenerse “durante muchos siglos”.

Hermanos de la cofradía portan a hombros a la Virgen de la Guía en la procesión M. J. C.

La romería del Lunes de Pentecostés fue clausurada con la procesión del Cristo de las Batallas y la Virgen de la Guía por la pradera, desfile que en los dos últimos años no había podido celebrarse por la pandemia.

Cofrades y fieles devotos arroparon a la venerada imagen durante el desfile, en el que quedó patente el fervor que los toresanos sienten por la imagen de su patrón y que fue acompasado con la música interpretada por la Banda La Lira.

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