13 de marzo de 2020. Un día antes del estado de alarma que sumió a España en el miedo y la incertidumbre. La Semana Santa de Zamora queda suspendida. “Ante las extraordinarias circunstancias relacionadas con la pandemia del coronavirus que vive nuestra sociedad y atendiendo a las indicaciones realizadas por las autoridades sanitarias y eclesiásticas, lamentamos comunicar que se suspenden todas las actividades públicas organizadas por las cofradías y hermandades de la comunidad autónoma de Castilla y León, tanto durante la Cuaresma como en la próxima Semana Santa”, anunciaban en un comunicado conjunto las juntas de cofradías. La decisión, tan sensata como dolorosa, no se producía desde antes del inicio de la Guerra Civil y compungió los corazones de los más semanasanteros al arrebatarles su semana de Pasión e inquietó a la sociedad zamorana, consciente del consecuente impacto económico.

Personal sanitario recoge en Urgencias las sopas de ajo ofrecidas por los hosteleros zamoranos. | | EMILIO FRAILE

“Deseamos que esta triste noticia no suponga una merma en la salud espiritual de todos nuestros cofrades y de los fieles cristianos”, expresaban. Y no lo fue. En 2020, Zamora vivió la Pasión desde casa por el confinamiento decretado, con calles vacías y sentimientos encontrados. Los reposteros se colgaron en los balcones del Ayuntamiento de Zamora, desde LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA se retransmitieron en directo los contados eventos litúrgicos organizados y se volvieron a emitir las procesiones grabadas del año anterior. Fieles a la tradición, los hosteleros sirvieron las sopas de ajo a todos aquellos trabajadores en primera línea de batalla contra la pandemia.

Adiós a las imágenes de una ciudad desierta con calles vacías y sopas de ajo en Urgencias

Gestos todos ellos que lograron mantener viva la llama de una Pasión que ni una pandemia logró apagar.