SOS climático y ecológico

El fin de la energía abundante y barata

Antonio Turiel. El pico del diésel: edición de 2021.En The oil Crash, 19/11/2021 Datos extraídos de la Joint Oil Data Initiative (JODI).

Hay temas en los que los medios son muy reacios a entrar por razones que podemos imaginar: “empobrecimiento”, “austeridad”, “socialización”, “nacionalización”, “decrecimiento”, “descenso energético”...

La guerra de Ucrania ha obligado a que se hable de varios de ellos, pero muy de pasada y recurriendo siempre a subrayar lo coyuntural de las circunstancias. Es fácil desviar la atención cuando las guerras proporcionan suficientes imágenes para el espectáculo y la distracción permanente, reduciendo a la insignificancia las informaciones que realmente facilitan el conocimiento.

En cualquier caso, en el fondo de las mentes bullen los mitos, esos artefactos que contribuyen a la coherencia de los relatos. En la cúspide la tecnolatría, el camino para todas las soluciones, incluidas las milagrosas. Todo por el otro mito del crecimiento indefinido, ahora reconvertido en el oxímoron “crecimiento sostenible”.

Sin embargo los datos son contundentes, y nos dicen que ya estamos en una fase de descenso energético. Según Antonio Turiel, un científico de referencia sobre el tema, el cénit o pico en la producción de gasoil se alcanzó en 2015; el de todos los petróleos, en 2018; el del carbón, en 2015; el del gas natural, antes de 2030. Otros autores retrasan unas u otras cifras, pero la realidad es incuestionable: recursos finitos que están o estarán muy pronto en declive.

Ante este preocupante panorama podemos encontrar básicamente cuatro posturas:

- El tecno-optimismo. Es el pensamiento dominante. Defiende lo del “algo encontrarán” para salir adelante y volver a la senda del crecimiento indefinido.

- El green new deal -en la UE los fondos Next Generation-. Sin cuestionar el crecimiento, defiende una transición energética con fuertes inversiones en las energías renovables.

- El decrecimiento. Partiendo de la inevitabilidad del descenso energético, propugna un decrecimiento ordenado que no deje a nadie para atrás frente a la alternativa de una depresión caótica.

- El colapsismo. Asume el decrecimiento, pero va un poco más allá sosteniendo la inevitabilidad de una profunda crisis sistémica que nos llevará más pronto que tarde a un colapso irremediable.

Siempre surgen alternativas

Lo que estamos viviendo estas semanas con la guerra de Ucrania nos adelanta un panorama que será desgraciadamente más habitual de lo que podemos imaginar. Los expertos en tiempos de crisis y catástrofes, hablan también del reverso, de las grandes oportunidades que se abren, y que muchas sociedades han sabido enfrentar. En nuestro caso se trata de aprender a bajarnos del derroche desmedido, a ser más resilientes, y a recuperar esos marcos comunitarios que aún perviven fuera del mercado en pequeños grupos como la familia, los amigos, los vecinos, las iglesias, etc, donde perviven valores como el altruismo, la cooperación, y la ayuda mutua.

Como señala Rebecca Solnit en Un paraíso en el infierno: Las extraordinarias comunidades que surgen en el desastre, las catástrofes son momentos únicos en los que brillan estos grandes valores. Por desgracia, no nos van a faltar en adelante ocasiones donde comprobarlo en ese inminente descenso, recesión, reestructuración o colapso que nos espera.

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