Oro en el campo. Con más de 500 especies de hongos inventariadas, la provincia de Zamora concentra una de las mayores producciones de setas de España. Cada año, muy especialmente en las campañas de otoño y primavera, las asociaciones micológicas, instituciones y hostelería de la provincia ponen a disposición del visitante diferentes posibilidades para vivir una experiencia única vinculada al recurso estrella del otoño.

La Unidad de Gestión Micológica “Montes de Zamora” aglutina a 16 municipios de Aliste, Tábara, Sanabria, La Carballeda y Los Valles de Benavente. Entre todos ellos acumulan más de 27.000 hectáreas en montes de utilidad pública donde se pueden recoger setas. n importante porcentaje de dicho territorio se encuentra, por su enorme valor ambiental, amparado bajo diferentes figuras de protección regionales, nacionales e internacionales, incluyendo la Reserva de la Biosfera Meseta Ibérica.

Más de medio centenar de montes están incluidos en el Área Regulada Montes de Zamora, que se expande por los diferentes términos municipales y núcleos adscritos a los ayuntamientos de Alcañices, Asturianos, Espadañedo, Ferreruela, Manzanal de los Infantes, Porto, Rábano de Aliste, Riofrío, San Pedro de Ceque, Santibáñez de Vidriales, San Vicente de la Cabeza, San Vitero, Tábara, Trabazos y Viñas de Aliste.

La provincia de Zamora, a través de la Diputación, está integrada en el proyecto Micocyl para la regulación y comercialización de los productos micológicos del territorio, siempre en colaboración con la Junta de Castilla y León. Esta iniciativa propone un modelo de aprovechamiento del recurso micológico que permite incrementar las rentas que genera el sector, al tiempo que garantiza la perdurabilidad de este recurso natural que cada otoño pone de relieve la riqueza del campo.

En torno a este maná que nace de la tierra ha surgido en los últimos años el denominado micoturismo, un tren al que los municipios zamoranos no han dudado en subirse para exprimir al máximo la oportunidad ofrecida por las setas. De esta manera, los visitantes pueden adquirir un permiso recreativo por un precio módico para recorrer las áreas micológicas adheridas a Micocyl y explorar la excelente oferta hostelera de restaurantes micológicos, que en la provincia de Zamora son “bocatto di cardinale” debido a su conocimiento del producto y a la propia calidad de la recolecta.

Zamora, tierra micológica por excelencia, capitanea cada temporada de otoño este tipo de actividad tanto para profesionales como para amateurs y turistas, de manera que todo el mundo vive la experiencia micológica a su manera. Eso sí, es importante conocer antes de lanzarse a recoger y mucho más aún cuando se habla de cocinar. Si no se está seguro de lo que uno está recogiendo, lo mejor es dejar el ejemplar en el sitio donde está para evitar mayores contratiempos que, en según qué casos, pueden resultar fatales.

La micología, un año más, se hace fuerte en la provincia de Zamora gracias a la inmensa riqueza que ofrecen siempre sus montes de utilidad pública.