La conmemoración del Quinto Centenario del Movimiento Comunero, impulsado a través del gran proyecto de Comunidad que hemos denominado ‘El tiempo de la libertad’, está llenando de historia cientos de rincones, recónditos o afamados, de nuestra Castilla y León. Desde esta tierra, desde sus plazas, centros culturales, templos y calles, estamos brindando un caluroso homenaje a aquellos hombres y mujeres que, con valentía y fuertes convicciones, defendieron frente al emperador Carlos V su deseo de tomar parte en los asuntos del reino y la necesidad de contar con un monarca presente, interesado por su día a día, arraigado en su tierra.

La revuelta comunera encontró en Zamora uno de los escenarios para su gestación e impulso y su papel en tan trascendente episodio histórico ha sido bien documentado y recogido por los más grandes expertos en este tema, como nuestro querido Manuel Fernández Álvarez, merecidamente reconocido con el Premio Castilla y León de Ciencias Sociales y Humanidades en el año 2007. En el artículo titulado ‘La Zamora comunera en 1520’, el historiador presenta la evolución del movimiento liderado por Padilla, Bravo y Maldonado en Zamora e incide de manera especial en un hecho que, acaecido en la ciudad, considera revolucionario: la supresión del cargo de corregidor, persona que ostentaba la representación del Rey, y su sustitución por un alcalde, en aquel entonces Francisco Docampo, quien el 20 de septiembre de 1520 ya figuraba como regidor

Pocos son los lugares de este vasto territorio que en los años 1520 y 1521 permanecieron ajenos a un enfrentamiento del que, cinco siglos después, podemos decir que marcó el devenir del país, lo abrió a la luz de la modernidad, sentó los cimientos de algunos de los grandes valores que hoy sostienen nuestro Estado y, sobre todo, dejó una profunda huella en nuestra tierra, escenario de un gran proceso histórico estudiado dentro y fuera de nuestras fronteras. Y con la misma visión de los grandes nombres de ese movimiento, desde la Fundación de Castilla y León hemos buscado recordar, ensalzar y difundir esta gran gesta en todos los rincones de nuestra Comunidad y hacerlo de la mano de sus protagonistas: las entidades locales y los castellanos y leoneses.

Buena prueba de ello es la ópera ‘Comuneros’, que, promovida en el marco de esta gran conmemoración, se estrenará el próximo 2 de octubre en Salamanca y viajará a continuación por las nueve provincias con el fin de que todos nuestros vecinos, sea cual sea su lugar de residencia, puedan disfrutar de ella. Porque este gran proyecto, además de una propuesta cultural de primer orden impulsada en un momento especialmente delicado para el sector, que todavía sufre las limitaciones impuestas por la pandemia, reúne a algunos de los mejores artistas y técnicos de Castilla y León: desde su autor y compositor, el leonés Igor Escudero, hasta la soprano zamorana Conchi Moyano, el bajo Alfonso Baruque y los coros Vox Vitae y Primo Tempo, todos vallisoletanos. A ellos se suman los leoneses Gratie d’ Amore, responsables de la coreografía y el diseño de vestuario, el salmantino Cristian Santos, iluminador y jefe técnico de la producción, la berciana Adelaida Galán y la burgalesa Eva Saiz Díez.

La calidad de la ópera ‘Comuneros’ está además avalada por la participación del director segoviano José Luis López Antón, quien se pondrá al frente de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, a la que aprovecho para felicitar por 30 años de gran trabajo y consolidación y por el imprescindible papel que ha desempeñado para acercar el gran repertorio clásico y contemporáneo a toda la Comunidad.

A la ópera, en el que tenemos depositadas todas nuestras ilusiones, pronto se sumará el estreno del documental ‘Comuneros’, dirigido por Pablo García, que podremos ver en otoño y que nos sumergirá en aquel tiempo de la mano de algunos de los más reputados expertos en la materia.

Con el recuerdo aún vivo de las actividades de las que hemos podido disfrutar en los últimos meses, especialmente en la época estival, promovidas por las entidades locales y enmarcadas en la conmemoración gracias al apoyo económico dispensado por la Fundación, que desde el principio fue plenamente consciente de la importancia de celebrar esta gran efeméride junto a nuestros municipios, tenemos además que congratularnos de la fantástica acogida que ha tenido la gran exposición ‘Comuneros: 500 años’ y las grandes aportaciones compartidas en el Congreso Internacional celebrado el pasado mes de mayo.

Aprovecho estas líneas para trasladar mi agradecimiento y felicitación a Zamora y a los zamoranos, activos impulsores de un amplio abanico de iniciativas en torno al Movimiento Comunero y a sus principales figuras. Vuestro trabajo, compromiso e ilusión en torno al Quinto Centenario nos demuestran la universalidad, cercanía y apego con sus valores y ratifican su vigencia en la memoria colectiva y el gran tesoro que es su legado. Gracias a todos por ayudarnos a preservarlo, a difundirlo y a seguir dándole vida.