Una de las calles más transitadas de la capital lleva el nombre de Juan Nicasio Gallego. Sin embargo, son pocos los que conocen la trascendencia del personaje que se esconde tras una placa deslucida que soporta el paso del tiempo en una de las esquinas de la Plaza Mayor. El historiador zamorano Eduardo Fernán López saca de las sombras la biografía de este sacerdote, poeta y político liberal nacido en Zamora en 1777. El Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo ha hecho posible una publicación que en un principio no pasaba de ser una tesis doctoral.

Portada del libro. | CEDIDA

– ¿Por qué escoge la figura de Juan Nicasio Gallego?

– Llegué por casualidad hasta él. Estaba realizando un máster en Cádiz y como trabajo de fin de curso quise elaborar una tesina centrada en los diputados de Zamora que habían participado en la elaboración de la Constitución de 1812. Encontré el nombre de un electo titular que no llegó a viajar al sur por la situación del país. Pero había un suplente que no sólo estuvo en las sesiones parlamentarias sino que fue clave en la elaboración de “La Pepa”. Su nombre: Juan Nicasio Gallego.

– ¿Por qué decide dar un paso más y convertir su trabajo universitario en una tesis doctoral?

– Cuando comencé a buscar sus intervenciones en aquellas sesiones me quedé muy sorprendido. Pensé que al ser suplente no tendría mucha participación y sin embargo me encontré con más de 600 folios de discursos brillantes sobre todos los temas.

– ¿Alguno en especial?

– Tres asuntos fundamentales que son los que precisamente desarrollamos en la publicación del Florián que ahora presentamos: el primero y más importante, la libertad de prensa, que es una de las leyes más importantes que emanaron de aquella Constitución, el segundo, la abolición de la Inquisición y por último el intento de acabar con la esclavitud en los territorios del Imperio.

– ¿Un sacerdote del siglo XIX impulsando estas ideas?

– Fue un revolucionario en una de las épocas más convulsas de nuestra historia. Uno de los personajes más ilustres de aquel tiempo. Un poeta y sacerdote liberal que sufrió persecuciones, la cárcel y el exilio.

– Sin embargo estuvo siempre estuvo muy ligado a la Corte Real...

– Él era hijo de nobles zamoranos. Su padre administraba la Casa de Alba y Aliste y Juan Nicasio se crió en el Palacio, que actualmente es el Parador, junto al decimocuarto Duque de Frías. Un amigo fiel que le ayudó siempre que se vio en dificultades cuando la corona le dio la espalda

– ¿Cómo termina en Madrid?

Tras estudiar en la Universidad de Salamanca se ordena sacerdote y oposita para hacerse cargo de la educación de los infantes en la Corte del rey Carlos IV. En 1808 es testigo del levantamiento madrileño contra los franceses y compone uno de sus poemas más importantes: “Oda al 2 de mayo”. Un soneto que se estuvo publicando durante décadas en la prensa madrileña para conmemorar aquel día.

– ¿En qué momento se convierte en diputado en las Cortes de Cádiz?

– España está tomada por las tropas de Napoleón y las Cortes se trasladan a Cádiz de forma extraordinaria. En ese momento Juan Nicasio está en Sevilla y viaja a Cádiz junto al gobierno legítimo. Como diputado suplente comienza a asistir a las sesiones en las que se muestra especialmente activo.

– Usted que ha podido revisar las actas de aquellas cortes. ¿Cómo eran aquellas sesiones parlamentarias?

– En aquel tiempo para ser diputado no valía cualquiera. Eran militares, sacerdotes, intelectuales... De hecho si lees las crónicas de las sesiones que se publicaban a diario, parecen charlas de catedráticos de historia, y los debates son de gran nivel rigurosos y con datos.

– Igual que ahora...

– Efectivamente. Ahora los ves discutiendo todo el tiempo, llamándose payaso y piensas “¿pero qué nos ha pasado que en doscientos años hemos pasado de tener intelectuales discutiendo sobre los problemas de España a gente insultándose mañana, tarde y noche?”

– Termina la guerra contra los franceses, vuelven las cortes a Madrid y llega el absolutista Fernando VII. ¿Es la época más complicada para el zamorano?

– Sí. Con Fernando VII comienza la persecución, la cárcel y el exilio. Una época dura que solo termina cuando la Reina Isabel II asciende al trono.

– ¿Cómo se convierte de nuevo en consejero de la corona?

La reina necesita a los liberales para llegar al trono y es entonces cuando Juan Nicasio se convierte en uno de sus consejeros preferidos. Tanto que le nombra senador vitalicio y Miembro de la Real Academia de la Lengua donde se conservan muchos de sus escritos.

– ¿Llegó a publicarlos en algún momento?

– No. Es uno de los poetas más importantes del siglo XIX reconocido así por sus coetáneos y sin embargo no tiene obra. Sólo se publicó un libro en 1854 tras su muerte gracias a la recopilación realizada por sus amigos y que jamás se volvió a editar.

– ¿Es nuestro zamorano más desconocido?

– Desde luego que uno de ellos. Los zamoranos tenemos pendiente un homenaje a una figura tan clave de nuestra historia. Sólo en 1879 se realizó un acto de homenaje en Zamora con motivo del centenario de su nacimiento. En realidad se cumplían 102 años. Se colocó una placa pagada por suscripción popular junto a una corona de bronce enviada por la Real Academia de la Lengua. Ambas cosas desaparecieron pocos años después.