Vivimos un momento crucial para la gestión de residuos en España. El pasado 18 de mayo el Gobierno presentó un proyecto de Ley de Residuos que nace cojo desde el principio al no partir de una realidad de incumplimiento generalizado y eludir decisiones fundamentales como el llamado Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR), que es la “madre del cordero” de nuestros problemas con los envases de un solo uso.

Dos informes de Changing Markets, una fundación holandesa con el apoyo de la Alianza Residuo Cero, de la que forma parte Ecologistas en Acción señalan cómo la poderosa industria de los envases de un solo uso –compuesta por los grandes productores y los supermercados– ha evitado con éxito hasta ahora cualquier intento de reforma del sistema español de gestión de residuos, y cómo se está empleando para frenar las medidas de la próxima legislación que pueda cuestionar la gestión monopolista de sus intereses. La empresa que los representa, Ecoembes, emplea un millonario marketing para vestirse de verde y apropiarse de acciones de limpieza como la que hemos preparado en Zamora para el próximo sábado. Pero lo cierto es que las empresas que tiene detrás son las más contaminantes, y no tienen ningún interés real en acabar con los envases de usar y tirar y la forma de recogerlos y reciclarlos.

Estos informes demuestran que cuantos más envases de un solo uso se ponen en el mercado, más beneficiado sale para Ecoembes su modelo de negocio. Los mayores productores de plástico, grandes supermercados como Mercadona o Alcampo y las marcas de alimentación y bebidas más conocidas como Coca-Cola, Danone o Nestlé, se esconden detrás de sus iniciativas y de su capacidad de lobby para promover soluciones falsas como Reciclos. Curiosamente, la investigación revela que muchas de estas marcas apoyan en otros países la devolución a la tienda de sus envases, pero no en España, donde les va mejor con el sistema de Ecoembes.

Los informes también calculan lo que a nuestros pueblos y ciudades les cuesta limpiar de envases de un solo uso abandonados: entre 496 y 744 millones de euros al año. Y una parte muy importante de estos costes, hasta 529 millones de euros, está asociada a los envases de bebidas, como botellas, latas y bricks, que podría reducirse hasta un 80 % si las bebidas se vendieran con el sistema de Depósito, Devolución y Retorno ( SDDR), como ya ocurre en más de 40 regiones del mundo y está a punto de implantarse en países cercanos como Portugal.

La ciudadanía de nuestro país lleva años soportando el precio ambiental, social y económico de un modelo de gestión caduco e ineficiente que solo beneficia a las grandes marcas de bebidas y los supermercados. Es el momento de las soluciones y de que la industria de un solo uso deje de ver recompensada su mala praxis con beneficios económicos. La limpieza que realizaremos el próximo sábado pondrá en evidencia los pésimos resultados de una gestión de residuos dejada en manos de los que ganan más cuando más los producen, independientemente de dónde acaben.

Ángel Encinas Carazo

Área de Consumo de EEA