Al aire libre, invocando a la normalidad para su pronto regreso y demostrando sus habilidades artísticas, los alumnos de tercero del grado de Primaria, mención de Educación Física, de la Escuela de Magisterio congregaron a un animado público —muchos de ellos compañeros de carrera— que disfrutó bajo el intenso sol del espectáculo “Circus Pandemicus”, con el que el Campus Viriato se convirtió en un original circo con diferentes “troupes” de malabaristas, saltimbanquis, bailarines y acróbatas, que nada tenían que envidiar a los auténticos artistas circenses.

Detrás de este proyecto está el profesor Galo Sánchez, deseoso de volver a realizar un trabajo “creativo y colectivo”. De momento, la pandemia le ha dejado movilizar a sus alumnos que cursan la asignatura de Competencia Motriz con esta puesta en escena. “El proyecto quiere conjurar la pandemia, decirle adiós”, aspira el profesor de Magisterio. De esta manera, el trabajo de fin de curso se convierte “en una conjura al cielo para que las cosas vayan mejor en el futuro”, confía.

Dos de las actuaciones que se pudieron disfrutar en el anfiteatro del campus zamorano. | Sergio Villar

Han sido tres intensas semanas en las que los alumnos se han volcado con su experiencia como artistas de circo, primero para conformar los grupos y organizar las tareas y luego para ir ensayando cada uno de los números y darles un empaque para convertirlos en un espectáculo pleno.

“La iniciativa nace de la habilidad motriz que cada alumno tiene, aquello que sabe hacer o que ha sido su historia de vida, lo que conocen y han practicado”, explica el profesor. Eso no quita que hayan tenido que trabajar al igual que aquellos que en estos días han descubierto alguna nueva habilidad para trasladarla a escena. “Unos han aprendido y otros ha mejorado”, argumenta Sánchez, quien ha dado libertad a sus estudiantes para que se organicen entre ellos con el objetivo último de dar forma al espectáculo. “Cada grupo ha formado su propia compañía y ha establecido cómo distribuir sus fuerzas y cuántos números hacía, ya fueran de acrobacia, equilibrismo o malabarismo”, pone como ejemplos.

Por su parte, la labor del docente en todo este proceso se ha centrado en “arreglar un poco, empujar, coordinar e incorporar ideas sobre la música y las coreografía, para que tomara el nivel de grupo y de espectáculo”, indica Sánchez sobre su papel en este proyecto educativo. “Lo que hemos querido es ofrecer al campus una buena idea y colectivizar todo esto de la pandemia, hasta que se vaya. Ahora mismo, lo más importante es el sentido del espectáculo. Da igual que salga algo fantástico o que tenga algunos fallos, lo importante es haber llegado hasta aquí”, anima su promotor.

Un campus con carpa

Por otra parte, este programa no deja de ser también una enseñanza para estos futuros maestros de Educación Física. “Para ellos es una forma de aprender a hacer proyectos y procesos creativos que den lugar a un producto escénico. Así, cada paso que dan les compromete más y les hace vivir nuevas experiencias como esta”, detalla Sánchez.

Con maestros de ceremonias dando paso a sus compañeros, “Circus Pandemicus” ofreció ayer una buena muestra de lo que estos jóvenes son capaces de hacer, desde ejercicios de suelo, coreografías en grupo, malabarismos con diferentes elementos, percusión, danza moderna, acrobacias con bicicleta, saltos con cuerda o ejercicios gimnásticos, a los que acompañó una jornada de sol, preludio quizá de que el final de esta pandemia —como los organizadores desean— está más cerca.

La jornada de circo se repetirá hoy, de nuevo en el Campus Viriato, y a las 12.45 horas volverán a saltar a la improvisada pista del anfiteatro zamorano otros compañeros de Primaria para ofrecer un nuevo espectáculo donde se volverá a demostrar que la Escuela de Magisterio está muy viva.

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Circus Pandemicus en el Campus Viriato Sergio Villar