María Domitila Bilbao recibe la vacuna. |

“Nerviosos, pero a la vez muy contentos y responsabilizados por la oportunidad que supone para todos esta vacuna”. A las 11.07 llegaban a la residencia Santa Eugenia de Cevico de la Torre (Palencia), en un taxi escoltado por la Guardia Civil y procedente de la capital provincial, Eloy, Andrea y Beatriz, los tres sanitarios encargados del dispositivo. Portaban una nevera que guardaba la esperanza, no solo de los residentes y trabajadores del centro, sino de toda una Comunidad Autónoma, que a partir de hoy generalizará la vacunación contra el COVID-19.

Ayer, de forma simbólica, arrancó en el Cerrato palentino, con dosis a 82 usuarios y 40 trabajadores. Los primeros, Áureo López, de 88 años, y María Domitila Bilbao, conocida como Mari, la supervisora, quienes invitaron a la sociedad a vacunarse.

Expectación, aplausos, alegría e invitación a toda la sociedad para que se pusiesen la vacuna protagonizaron la mañana dominical en una localidad poco acostumbrada a ver a tantos medios de comunicación y el gran despliegue de la Benemérita. Tal fue el caso que hasta el alcalde, José María Rodríguez Calzada, invitó a café a todos los presentes, que esperaban noticias a las puertas del centro a temperaturas típicas del diciembre castellano, por debajo de cero grados. La supervisora de la residencia no dudó en ser una de las primeras en recibir la vacuna, concretamente, la segunda tras Áureo López. “Hoy nos la ponen a todos. Ni he notado el pinchazo; menos que la de la gripe”, expuso, después de explicar que fueron entrando de dos en dos y el ritmo era “bueno”.

En todo caso, animó a “no bajar la guardia” por tener disponible la vacuna y a “trabajar más duro todavía, como en marzo”, como así lo harán los 40 trabajadores del centro, “que mantendrán las mismas medidas, equipos de protección y distancia con las familias”, unas declaraciones que fueron interrumpidas con la salida de las empleadas del turno de noche, que fueron despedidas entre aplausos y vítores por algunos vecinos de la localidad que se acercaron para no perderse un momento único.

“Un éxito de todos”

Narcisa Palomero, Ana Casasola y el propio Áureo López quisieron trasladar a la opinión pública su ilusión por ser de los primeros en vacunarse, manteniendo la distancia con los medios y con una mampara de por medio. López, que encabezó el dispositivo, aseguró sentirse “muy contento por haberlo hecho ya”, en lo que definió como un “éxito para todos”. “¡A ver si ganamos la batalla!”, exclamó, arropado con un abrigo y con los micros de las televisiones delante. “Esto es la leche”, continuó el octogenario.

Los tres aseguraron sentirse “bien” y esperaron que sea el primer paso para superar al virus. Ellos, concretamente, desean recuperar su vida anterior, para “salir a pasear por la calle”, como aseguró López y confirmó Narcisa, que llevan casi diez meses sin poder salir del centro. Ella añadió: “Yo no siento nada, como que no me han hecho nada”. En ese momento ya le había contado a sus hijas la experiencia. Aseguraron que hasta que no les pongan la segunda dosis mantendrán, lógicamente, las precauciones, y animaron a la sociedad a seguir su ejemplo y vacunarse cuando les toque.

Encantados con la atención recibida estos meses por los trabajadores del centro, destacaron que no “han tenido ni un catarro” y que han estado de manera “inmejorable y de mimo”. “Nos cuidan como si fuéramos sus hijas”, ensalza Narcisa

Dispositivo milimétrico

El dispositivo, desarrollado en la pequeña capilla de la residencia, estaba bien distribuido. Mientras uno de los tres sanitarios preparaba las dosis, otro las aplicaba y el tercero introducía los datos en el ordenador, una operación que repetirán en 21 días con la segunda vacuna el día de San Antón, el 17 de enero. Los tres sabían desde hace dos semanas donde estarían ayer, en un momento histórico para la sanidad castellanleonesa, española y mundial. “Cuando pidieron voluntarios, no lo dudamos”, expresa Beatriz, que aceptó rápidamente, más cuando desde el mismo 14 de marzo ha estado “en primera línea” frente a la infección.

El regidor, presente toda la mañana y atento también a las numerosas dotaciones de la Benemérita desplazadas, admitió el “orgullo” de la población por “ser el principio del fin” y también “alegría” por los trabajadores de la residencia, que “lo han pasado, de verdad, muy mal, luchando contra la pandemia desde marzo”. “Todos tenemos dentro familiares y amigos y sabemos lo que ha sido esto. Por ellos, sentimos una felicidad inmensa”, espetó en declaraciones a Ical, quien recordó que de “motu propio” se encerraron más de 50 días al inicio de la situación sanitaria. “Es un premio para ellos”, acertó a decir Rodríguez Calzada.

El alcalde, que estuvo acompañado de algunos concejales en un día que calificó de “histórico” para el municipio, sostuvo que es un hecho importante ser “referencia y ejemplo” para el resto de Castilla y León por ser los primeros en administrar la vacuna y confió en que de este modo “se pueda ver la luz al final del túnel, como se suele decir”.

Tras estas primeras vacunas, empieza así la primera de las tres etapas establecidas en la estrategia nacional, en la cual los cuatros grupos priorizados serán los residentes y personal sociosanitario en residencias de personas mayores y con discapacidad; el personal sanitario de primera línea; otro personal de este mismo tipo; y grandes dependientes no institucionalizados.