Para este domingo el evangelio nos puede escandalizar. No es la primera vez. Acuérdense, por ejemplo, de aquella frase lapidaria de Jesús: “las prostitutas os precederán en el Reino de los Cielos” (Mt 21,31). En esta ocasión se trata de un terrateniente que paga el mismo jornal tanto a los obreros que comenzaron a trabajar desde muy temprano en la mañana, como a los que solo trabajaron una hora al final del día; hoy aquel empresario vería cómo los sindicatos organizarían manifestaciones en la entrada de su finca o quemarían ruedas en la carretera de acceso. ¿Por qué no empezó el propietario por los primeros, los dejó marcharse, y luego pagó un denario a los otros sin que nadie se enterase? ¿Por qué quiso provocar la protesta? Porque sin el escándalo y la indignación no caeríamos en la cuenta de la enseñanza de la parábola. ¿Desde donde se plantea el problema? Los jornaleros desde sus derechos legítimos. El terrateniente desde su bondad. ¡qué diferente planteamiento¡.

Los jornaleros de la primera hora eran los cristianos procedentes del judaísmo anclados en sus leyes y tradiciones del pasado, conocedores de la ley y creyentes con derecho al mérito por creerse buenos y cumplidores. Los de la última hora los paganos, personas alejadas de la fe que descubren la bondad de quien les acoge. Esta es la disyuntiva. Yo, ¿dónde me sitúo? .

Desde la lógica humana, no hay ninguna razón para que el dueño de la viña trate con esa deferencia a los de última hora. Por otra parte, el propietario de la viña actúa desde el amor absoluto, cosa que solo Dios puede hacer.

La parábola trata de romper los esquemas en los que está basada la sociedad, que se mueve únicamente por el interés. Como dirigida a la comunidad, la parábola pretende unas relaciones humanas que estén más allá de todo interés egoísta de individuo o de grupo.

No puede ser que miles y miles de personas vayan deambulando de un sitio para otro… Venezuela, Méjico, Siria, … y a las naciones ni les va ni les viene. Sólo lo que nos afecta nos preocupa o interesa. Y por eso los cristianos no podemos quedarnos callados ante las injusticias viendo que el mundo está lleno de terratenientes que contrastan con la actitud del dueño de la viña. ¿Te vas a seguir callando? No podemos seguir pensando que nosotros, los buenos, nos lo merecemos todo. Estás equivocado. Compromete tu vida en causas justas y serás transparencia de Dios.