Aunque su cine haya evolucionado a medida que ganaba en presupuesto, Christopher Nolan (Londres, 1970) es un autor fiel desde un principio a ciertas ideas, obsesiones y actitudes. Remarquemos el término autor: pocos como él han sabido moverse en terreno de grandes presupuestos sin ver su visión diluida o anotada por otros. A continuación, un diccionario bastante completo de todo lo que define a su rica filmografía.

Ambigüedad

Muerte o supervivencia de Tony Soprano aparte, el final de “Origen” debe de ser el más discutido del siglo XXI: ¿se para o no la peonza? ¿Esto es sueño o realidad? Nolan no se ha esforzado en dar una respuesta. Al fin y al cabo, como con Tenet, no se trata de entender sino de sentir.

Batman

Ya en su primera película, Following, de 1998, nos cruzábamos con un símbolo del “hombre murciélago”: adornaba la puerta de uno de los pisos asaltados por los ladrones protagonistas. Nolan estaba encaminado a tomar el relevo de Schumacher y dirigir al héroe.

Clímax

Nolan adora los clímax. El caballero oscuro tenía tres o cuatro clímax finales. En Origen rizó el rizo para ofrecer un clímax final en el que se intercalaban cuatro líneas temporales. Dunkerque es toda ella un largo clímax, casi un tráiler hecho película.

Espacio

En la epopeya espacial Interstellar, y de la mano del gran experto en física gravitacional Kip Thorne, Nolan nos hizo viajar a una galaxia distante a través de un agujero de gusano y nos precipitó por un agujero negro en el más emotivo diálogo interdimensional entre un padre y su hija que uno pueda imaginar.

Fotografía

Fervoroso defensor de los 70 mm, o la máxima resolución en formato analógico, Nolan ha encontrado a su mejor aliado en el director de fotografía Hoyte van Hoytema, con quien ha trabajado en Interestellar, Dunkerque y Tenet. Antes, Nolan había tenido como operador de referencia a Pfister, ganador del Oscar por Origen.

Grandilocuencia

Salvo Following, rodada en blanco y negro en 16 mm, el cine de Nolan es grande y enfático. Esta opulencia visual y narrativa suele ser utilizada por sus detractores para criticar su tendencia a la megalomanía. Para sus fans, en cambio, es el sello intransferible del único director capaz de combinar la autoría y el blockbuster.

JOKER

Para algunos, el Joker definitivo aparece en el Joker de Todd Philips, y esa es la interpretación de la vida de Joaquin Phoenix. Pero hasta entonces había bastante unanimidad sobre la supremacía del Heath Ledger de El caballero oscuro, que según algún exorcista rodó el filme bajo los efectos de una posesión.

King, Richard

De las películas de Nolan nos dejan sin voz su exuberancia visual y sus meandros narrativos, pero hay algo crucial en ellas que, por desgracia, suele pasar inadvertido: su apabullante sonido inmersivo, cuyo artífice es Richard King. No en vano, de los cuatro Oscar que el diseñador de sonido tiene en casa, tres los ganó en películas de Nolan: El caballero oscuro, Origen y Dunkerque.

Magia

El cine de Nolan es prestidigitación, por lo que es normal que en El truco final (El prestigio) enfrentara a dos magos (Christian Bale y Hugh Jackman) enfebrecidos por su rivalidad en el Londres de finales del siglo XIX. Y aparece el mismísimo David Bowie como Nikola Tesla. ¿Qué es eso, sino magia?.

Neo-noir

En esa parcela jugaba claramente el Nolan de sus primeros filmes, aunque los arquetipos del film noir se pueden rastrear también en obras posteriores. El propio director une los puntos: Cobb se llamaba un ladrón de Following y también el ladrón mental de Leonardo DiCaprio en Origen.

Originalidad

En tiempos de insistentes secuelas, precuelas, remakes, reboots o reapropiaciones, un ejemplo de cine espectáculo enteramente original es casi un milagro. Sobre todo si a la originalidad se suman, como en Origen, Interstellar o Tenet, la audacia conceptual y el estímulo intelectual. Nolan trae menos de lo mismo.

Palíndromo

¿Qué importancia tiene un nombre? A veces mucha. La esencia argumental de Tenet se resume en ese título palindrómico extraído del cuadrado de Sator, enigmática inscripción latina de la que provienen también algunos nombres de la película.

Sueño

Nolan no inventó el thriller onírico con Origen, pero explotó la idea de la forma más ambiciosa posible para una producción de imagen real. Y no solo eso: con tacto más real que digital.

Tiempo

El británico es el cineasta del tiempo. En Interstellar, el tiempo juega con lo cuántico. En Tenet, puede ir hacia adelante y hacia atrás en una misma escena, planteándonos la fascinante perspectiva de revertir su flujo entrópico y poder vivir un futuro en el pasado.

Warner bros.

Nada de lo que Nolan ha conseguido habría sido posible sin la fidelidad casi quijotesca del clásico estudio, que le ha apoyado en todas sus hazañas desde Batman begins. Es un poco su nuevo Kubrick, ambicioso, obsesivo y noble estandarte de la marca.

Zimmer, Hans

Hans Zimmer no ha sido el único compositor de Nolan, pero ha sido el que más ha contribuido a forjar el estilo más canónico de Nolan, la pompa no exenta de experimentalismo.