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Opinión | Zamoreando

Los reyes del mambo

OPINIÓN | "Hay sujetos que viven en un mundo plagado de complejos de inferioridad y, aunque sea para meter la pata hasta el corvejón, si alguien les brinda una posibilidad, entran al trapo cual toro"

OPINIÓN

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Cuánta razón tiene el doctor Cabrera cuando afirma: "Qué tiempos aquellos en los que sólo había un tonto por cada pueblo. Ahora hay miles de tontos. No es un diagnóstico, es un insulto". No es necesario apostillar nada. La frase es reveladora por sí misma. Qué tiempos estos en los que los presuntamente listos e incluso supuestamente inteligentes, tienen que echar mano del tonto de turno para hacer y decir lo que no se atreven a decir y hacer porque les falta coraje y gallardía. Eso de dar la cara se ha hecho solo para bizarros.

La Zamora que no cambia, empeora. Los listos se hacen torpes retratándose a sí mismos y a los tontos, que son de capirote, no les cabe un ápice más de tontuna. Esto no parece tener solución, con lo fácil que es dar la cara sin utilizar a terceros que, para más regodeo, como en el caso que me ocupa, se creen los reyes del mambo. Encima el imbécil de turno saca pecho como si hubiera hecho una proeza cuando todo el mundo sabe que es un tonto útil.

Hay sujetos que viven en un mundo plagado de complejos de inferioridad y, aunque sea para meter la pata hasta el corvejón, si alguien les brinda una posibilidad, entran al trapo cual toro. El afán de notoriedad pierde a muchas gentes que de cerebro van bien escasitas. De acomplejados, imbéciles, listos que no inteligentes, manipuladores, cobardes, mangantes, maquinadores y controladores vamos bien servidos. Como lo vamos de necios, mentecatos, turros, toletes, majaderos, merluzos, zonzos, cortos y zotes. El menú es impresionante y a buen entendedor pocas palabras bastan, aunque me vea en la obligación de emplear las que ocupan esta ventana de papel.

Qué pena dan los que en verdad dan pena. Los que por cobardía, inseguridad, miedo y falta de ética entre otras muchas faltas la mar de reveladoras, utilizan a terceros para malmeter, intoxicar, difamar, mentir y ultrajar. Qué pena dan los ignorantes. Pero más pena dan los que por intenciones espurias, falsas, ilegítimas o engañosas actúan en la sombra. Por otra parte, lo entiendo, porque si dan la cara, lo mismo se la parten con un manotazo cargado de verdad, datos, cifras y testimonios.

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