Opinión | editorial
El Toro Enmaromado toma carrera para ser Fiesta de Interés Turístico Nacional
Un símbolo de tradición y unidad que conecta generaciones y fomenta el orgullo

Toro Enmaromado / J. A. G.
Las fiestas son un reflejo de la identidad cultural de una comunidad y el Toro Enmaromado en Benavente se erige como un acontecimiento singular que trasciende sus límites geográficos. Durante los últimos siete días, la segunda ciudad más importantes de la provincia ha tirado la casa por la ventana con unos festejos taurinos que cada año atraen a miles de visitantes de distintas partes de España y que tienen un papel crucial en la promoción del turismo y la economía local. Pero, más allá de su impacto económico, estas fiestas son un símbolo de tradición y unidad, que conectan generaciones y fomentan el orgullo por unas raíces culturales ricas y vibrantes. Es la "llamada de la tribu" para los benaventanos y aquellos que residen en la diáspora y reservan parte de sus vacaciones anuales para regresar al terruño.
A expensas de la decisión de la Secretaría de Estado de Turismo, la petición de Fiesta de Interés Turístico Nacional para este festejo acaba de tomar un nuevo e importante impulso con la adquisición para la carrera de un ejemplar de la ganadería del popular Victorino Martín, un reclamo más para los aficionados a estos espectáculos no exentos de críticas y debates. En un contexto donde la sensibilización hacia el bienestar animal está en aumento, es fundamental que estas celebraciones se lleven a cabo de manera ética y responsable, buscando siempre el respeto por los animales y promoviendo el bienestar de los mismos. Con una gestión adecuada el equilibrio entre la tradición y las nuevas sensibilidades sociales debe ser posible por complejo que parezca a tenor de las posturas tan enfrentadas que existen entre los colectivos animalistas y los defensores de las fiestas que tienen a los toros como eje central, algo que ocurre no solo en Benavente sino en la mayor parte de la provincia, sobre todo cuando llega el mes de agosto y los pueblos se sumergen en sus fiestas patronales con encierros y espantes.
Los orígenes del Toro Enmaromado se remontan a varios siglos atrás, posiblemente vinculado a rituales agrícolas y de fertilidad, pero también a una combinación entre la devoción religiosa y la pasión por los toros. Por supuesto, la tradición ha evolucionado a lo largo de los años adaptándose a los cambios culturales y sociales, pero siempre manteniendo la esencia que lo caracteriza: la carrera de un toro enmaromado que es guiado por las calles de Benavente. Un imán no solo para los vecinos de la comarca y del resto de la provincia, sino para los turistas. Cada año, la ciudad recibe a miles de visitantes que llegan en busca de una experiencia auténtica y llena de emoción. Hoteles, restaurantes, tiendas y otros negocios locales ven un repunte significativo en su actividad. Un fenómeno que, como ocurre con otros festejos populares de los pueblos zamoranos, crea un efecto dominó en localidades cercanas.
Frente a los desafíos contemporáneos, es clave que las comunidades reconozcan el valor de sus tradiciones y trabajen en su preservación, adaptándolas cuando sea necesario, pero sin perder de vista sus raíces como un legado que merece ser transmitido a las futuras generaciones
La participación activa de los vecinos, tanto en la preparación de la festividad como en el evento mismo, refuerza lazos entre generaciones. Los más jóvenes aprenden de los mayores, quienes les transmiten no solo las técnicas y las "normas del juego", sino también las historias y anécdotas que han rodeado al Toro Enmaromado a lo largo de los años. Este intercambio es vital para la continuidad y la evolución de la tradición que conecta a las generaciones pasadas con las presentes y futuras. La celebración no solo marca el calendario festivo, sino que también actúa como un recordatorio de la historia, los valores y la identidad de un pueblo. Frente a los desafíos contemporáneos, es clave que las comunidades reconozcan el valor de sus tradiciones y trabajen en su preservación, adaptándolas cuando sea necesario, pero sin perder de vista sus raíces como un legado que merece ser transmitido a las futuras generaciones.
Conseguir la declaración de Interés Nacional supondrá un espaldarazo vital para una localidad que aspira a crecer gracias al suelo industrial que pondrá en el mercado el Puerta del Noroeste y a la llegada de nuevos turistas en busca de destinos alternativos de la España interior. Los llamados toros de cuerda, es decir aquellos en los que se emplean grandes maromas, cada vez ganan más adeptos y Benavente es toda una referencia en esta materia. No en vano la ciudad ha sido elegida para acoger el Congreso Nacional de Toros de Cuerda en 2027 tras imponerse a la localidad valenciana de Chiva.
La declaración de Fiesta de Interés Turístico Nacional puede ser el broche de oro a la tenacidad de todos los benaventanos por preservar un festejo taurino singular que con los años se ha convertido en el símbolo más reconocible del municipio.
- La polémica empaña el segundo encierro de San Fermín por la reacción de uno de los pastores
- Al llegar a mi casa me duchaba, me arañaba donde me había tocado
- La mayor ilusión de mi vida es que mi colección de máquinas de coser se exhiba en un museo
- Diogo Jota conducía el vehículo siniestrado a una elevada velocidad: primeros apuntes del informe pericial
- Zamora, entre las 17 capitales de provincia españolas sin tasazo de basuras
- Siete universitarios ampliarán su formación en pueblos de Zamora
- Programa de las Fiestas de la Magdalena 2025 en Moraleja del Vino
- Controlado el incendio que ha puesto en vilo a los vecinos de Valcabado durante la tarde del martes