Opinión
Al pan, pan, y al vino, vino
OPINIÓN | mantengo mi oposición al uso del catalán, del gallego, del vasco, o de cualquier otra lengua o dialecto en todos los foros de ámbito estatal

XXVIII Conferencia de Presidentes en Barcelona. / GOBIERNO DE ASTURIAS
Teniendo en cuenta lo que dice la Constitución:
Artículo 2
La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles…
Artículo 3
1.- El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla.
2.- Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas comunidades autónomas de acuerdo con sus estatutos.
Es comprensible que, en la XXVIII Conferencia de Presidentes celebrada el pasado viernes, día 6 del actual, en el Palacio de Pedralbes de Barcelona, la presidenta de la Comunidad de Madrid, doña Isabel Díaz Ayuso, hiciera lo que hizo.
¿Qué hizo?... Pues negarse a seguir el juego sucio del presidente Sánchez, que no es otro que aprovechar cualquier ocasión para "seguir rindiendo pleitesía" a sus socios independentistas, a cambio de que éstos continúen ayudándole a alcanzar su único objetivo: mantenerse en el poder, como sea. Por eso y solo por eso Sánchez quiso permitir y permitió que en la Conferencia de Presidentes, por primera vez en su historia, cada presidente se pudiera expresar en la lengua que considerara…; lo que propició que la presidenta Ayuso, tal y como había advertido, abandonara la sala donde estaba celebrándose la reunión, cuando el lehendakari vasco, Imanol Pradales, empezó a desarrollar su alocución hablando en euskera, y no volviera a entrar en la misma hasta que el presidente de la Generalitat catalana, Salvador Illa, terminó la suya, que también desarrolló íntegramente en catalán. Otros presidentes, como el gallego, Alfonso Rueda, o el asturiano, Adrián Barbón, aunque comenzaron su turno saludando en sus respectivas lenguas comunitarias: el galego y el asturiano (bable), durante el resto de sus intervenciones hablaron en castellano, lo cual no tuvo nada que ver con lo que hicieron los presidentes vasco y catalán.
Tal y como argumentó, la presidenta de la Comunidad de Madrid puso de manifiesto que abandonó la sala para ser consecuente con lo que piensa, cual es que: "en todos los foros oficiales de ámbito estatal se debe hablar en castellano"; apostillando que no estaba dispuesta a tener que hacer uso de los pinganillos para, a través de la traducción simultánea, poder entenderse con sus compañeros de mesa, con los que, dicho sea de paso, siempre había hablado en castellano. A eso se le dice: "llamar al pan, pan, y al vino, vino". El resto de presidentes, escudándose en las formas que había que guardar…, prefirieron "mirar para otro lado".
Por lo referido, es por lo que he dicho que comprendo lo que hizo la presidenta de la Comunidad de Madrid, pues estoy con ella en que del texto del artículo 3. de nuestra Carta Magna, lo único que se puede deducir es que el castellano es la lengua común de todos los españoles y, en consecuencia, el medio de comunicación que todos deberíamos usar para tratar de entendernos en la diversidad, es decir, siempre que hablemos con compatriotas, ya sean de la misma o de distinta comunidad autónoma (compatriotas: personas que comparten la misma patria). Tal vez el motivo por el que algunos españoles se empeñan en hablar en las lenguas cooficiales de sus comunidades, incluso cuando están en presencia de compatriotas que no las conocen, sea precisamente porque no sienten ese orgullo que distingue a los que sí amamos la patria común, que es España.
Si no estoy en un error, considero que para acrecentar lo que nos une y evitar lo que nos pueda separar, nada mejor que ceñirnos al espíritu recogido en el precitado artículo de la Constitución. Otra cosa es el uso legítimo que en las comunidades autónomas que cuentan con otra lengua oficial puedan hacer con ella los ciudadanos que la conozcan.
En definitiva, que estando absolutamente de acuerdo con que se promueva y se proteja el empleo de las lenguas "cooficiales" y de los dialectos propios de cada comunidad, dentro de sus respectivos territorios, lo que, entiendo, no se debería tolerar es su uso en los órganos e instituciones del Estado, si es que, de verdad, lo que se quiere promover y proteger, por encima de todo, es la unidad de España y propiciar el entendimiento entre todos los españoles.
Por eso mantengo mi oposición al uso del catalán, del gallego, del vasco, o de cualquier otra lengua o dialecto en todos los foros de ámbito estatal, empezando por las Cortes Generales y terminando, por ejemplo, por la Conferencia de Presidentes…
¡País!
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