Opinión

Interpretaciones propias sobre vivencias ajenas

"Alguno de aquellos muchachos puede que estuviera trabajando codo con codo con algún cabecilla de aquella formación terrorista sin tener idea de quien era su compañero"

50 ANIVERSARIO MUERTE "CHE" GUEVARA

50 ANIVERSARIO MUERTE "CHE" GUEVARA

En los años mozos de una determinada generación destacaba, por encima de todo, la figura de "El Che", del "Che Guevara", que con su boina y su barba marcaban tendencia. "El Che" era más admirado que su compañero de revolución el comandante Castro o el compañero Fidel, o Fidel Castro, como se prefiera. Era una especie de gurú tomado como guía por muchos jóvenes y adolescentes en unos años en los que los movimientos revolucionarios se veían de manera distinta a la de ahora; al menos desde la perspectiva de aquí, de España, donde la dictadura impuesta tras la Guerra Civil empezaba a oler a alcanfor. Olía de aquella manera porque muchos españoles habían emigrado a países de corte democrático como Alemania, Francia o Suiza, y allí se habían dado cuenta de que las cosas podían ser de otra manera. La universidad, lógicamente, también andaba revuelta, porque no en vano allí era donde siempre se cocían los sueños y las ideas. La imagen de "El Che" llegó a ser un icono en el movimiento de "mayo del 68": no había otro más indicado que él para representar al anticapitalismo, ya que "El Che" y sus correligionarios habían acabado con la corrupta dictadura de Cuba que manejaba la familia Batista. En "mayo del 68" Jane Birkin y Serge Gainsbourg interpretaban "Je taíme, moi non plus", un canto al amor libre, mientras en España lo más revolucionario que se escuchaba en la radio era interpretado por Manolo Escobar.

Tiempo después, tras haber dejado atrás la adolescencia, y haber leído algunos libros sobre la vida de aquel médico revolucionario, muchos jóvenes pudieron enterarse de que no era oro todo lo que relucía, ya que aquel rostro afable y fotogénico no se correspondía exactamente con su verdadera personalidad pues, al parecer de más de uno, se trataba de un hombre totalitario y violento. Y es que no es lo mismo observar las cosas desde la distancia que vivirlas de cerca. Solo el paso del tiempo hace caer en la cuenta de que las revoluciones tienen mucho de épica, de caballero andante, pero también de violencia y de crueldad.

Solo el paso del tiempo hace caer en la cuenta de que las revoluciones tienen mucho de épica, de caballero andante, pero también de violencia y de crueldad

Más tarde, en el periodo colindante a la transición democrática, esa misma generación se enteró por la prensa del asesinato, por parte de ETA, del primer guardia civil, un cabo zamorano. Resultó impactante, ya que se trataba de una persona con la que habían compartido aula en el Instituto "Claudio Moyano". El hecho de que alguna revista de izquierdas argumentara que se trataba de un torturador no le restó repercusión.

Alguno de aquellos muchachos puede que estuviera trabajando codo con codo con algún cabecilla de aquella formación terrorista sin tener idea de quien era su compañero. Un día, nada diferente a otros tantos, puede que viera su nombre y su fotografía publicados en algún periódico. En ningún momento le había pasado por la cabeza que un trabajador serio y profesional como aquel pudiera formar parte del entramado terrorista.

Algún otro coetáneo de aquella hornada, ya en los albores de la democracia llegó a coincidir, en un acto promovido por la patronal y los sindicatos UGT y CC OO en el Hotel Palace de Madrid, con un compañero de estudios de su época universitaria. Cual no sería su sorpresa cuando alguien le informó que aquel excompañero, en aquel momento, estaba ejerciendo como policía del "régimen", de aquellos que informaban de quién y de cuándo.

También sucedió que un colega de la universidad fundara uno de los múltiples partidos que brotaban como setas en la transición, para acabar abandonándolo en el momento en el que empezó a asentarse la democracia. Empedernido lector, fue el culpable de que la gente de su entorno llegara a conocer a Chesterton, aquel que decía "Puedo creer lo imposible, pero no lo improbable".

Vivir la escena de un atentado de ETA en Madrid en el que la hija de un ingeniero de nuestra tierra resultó ser una de las víctimas no es algo que pueda llegar a olvidarse. Brillante profesional, con una belleza exultante estuvo a punto de perder la vida sin comerlo ni beberlo. Aquello hizo despertar la ira y la rabia de más de uno, especialmente de cuantos la conocían.

Compartir tertulias en la sede de la Unesco en Madrid donde, debido a su pedigrí internacional, no se atrevía a entrar la policía, era una manera de poder conocer algo de lo que se estaba cociendo en España.

Son múltiples los hechos de la historia de España, de pequeña o gran magnitud, que llegaron a impactar de una u otra manera en la gente de aquella generación. Dependiendo de cómo llegaron a vivirlos así los recuerdan ahora. Y es que una cosa es informarse a través de libros y publicaciones y otra muy distinta haberlos vivido. Haber sido testigo puede que le reste imparcialidad al relato, pero quizás también le aportará, sin duda, pasión y sentimientos.

Por eso, cuando ahora, jóvenes recién licenciados en "Políticas" se permiten dar lecciones de cómo fueron entonces las cosas a quienes vivieron aquellos duros, pero apasionantes años, dan ganas de preguntarles cuales han sido las fuentes en las que se han inspirado. Claro que puede que se trate gente perteneciente a la civilización Ciborg (Cyborg) esa que se compone de elementos orgánicos y de cibernética, esa de la que ya hay un hombre registrado oficialmente, el británico Neil Harbisson. Y claro, los Ciborg nada tienen que ver con la gente de aquella generación a la que me he referido.

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