Opinión

Una grave sima social

"Me empujan, y me piden el dinero que llevo para el bocadillo, y si no se lo doy me pegan y me lo quitan, y no sé qué hacer, por eso, como lo paso mal, no quiero ir al cole"

Ilustración

Ilustración

Recuerdo que, al poco tiempo de comenzar a ejercer, como profesional de la psiquiatría, década de los años ochenta, recibí a un matrimonio que tenían un hijo de 11 años, y cargados con una enorme preocupación, en actitud de tristeza, impotencia y desorientados me comentaron: "Nuestro hijo, que siempre ha sido un buen colegial, últimamente utiliza en ocasiones, diferentes quejas para no ir al colegio, haciéndose el enfermo, hemos ido en más de dos ocasiones al médico y no tiene nada orgánico, por lo que nos ha remitido a esta consulta, porque entiende que es cuestión emocional, lo extraño, es que siempre ha sido ejemplar en todo, responsable, respetuoso, generoso con sus dos hermanos, y con los compañeros, y nunca nos ha dado problemas, ni tampoco hemos observado anomalía alguna".

Con el permiso de los padres, me quedé a solas con el niño, y después de algunos titubeos y dudas, fruto de la tensión del momento, triste, y en tono de preocupación, después de un esfuerzo de paciencia, comprensión y empatía, se fue moviendo en su asiento y comenzó, no sin preocupación, su discurso; "es que cuando voy al colegio, hay dos niños del colegio, uno de mi curso y otro de un curso superior, que cuando voy de camino al cole, se ríen de mí, se ríen de que voy limpio y cuidado, además de bien vestido; me empujan, y me piden el dinero que llevo para el bocadillo, y si no se lo doy me pegan y me lo quitan, y no sé qué hacer, por eso, como lo paso mal, no quiero ir al cole".

La verdad es, que en la fecha que les he indicado al principio de esta tribuna, no era fácil escuchar algo sobre el acoso, dado que estábamos en una sociedad, acosadora, en la que no se daba importancia a determinados hechos, al ignorar su trascendencia, incluso el ideario era el conseguir niños duros. Yo, no obstante, al observar su sufrimiento, tanto que le impedía ir al colegio, llamé al director del colegio, y le expuse el tema del que ignoraba todo, además el hermano mayor del niño, era amigo de un hermano del acosador, por lo que, sin ruido alguno, todo se resolvió de forma favorable.

La base de esta situación comentada, es la prepotencia como carácter, además del placer del dominio, que cuando ambas se juntan, provocan verdaderos atropellos como el relatado. Un día empujan, y como no pasa nada…, otro día pegan, y como no pasa nada…, otro día violentan y exigen rescate… El ejercicio de la soberbia y la prepotencia es aditivo, se siente placer al provocar el mal, además, en ocasiones se obtienen beneficios, que retroalimentan la repetición del acto.

"Estábamos en una sociedad, acosadora, en la que no se daba importancia a determinados hechos, al ignorar su trascendencia, incluso el ideario era el conseguir niños duros"

Los estados, todos ellos soberanos, disponen de unas fronteras que les delimitan, y que el respeto a las mismas por el resto de los estados, ha de ser absoluto, pero en ocasiones ocurre, que la fortaleza de alguno, unida a la soberbia de su presidente, puede ejercer algún tipo de presión, cuya intensidad puede variar, en la obtención de algún tipo de beneficio, como un trozo de terreno que le permita ser más extenso, o la anexión de alguna localidad determinada, que en la historia le perteneció… y como su fortaleza es enorme, y carece de limites comportamentales, puede incluso aspirar a tomar "el todo" mediante una invasión. Esto es lo que está ocurriendo en estos momentos, la soberbia de una bipolaridad interesada, acosadora desde su prepotencia, Rusia y EE UU, se han dividido en dos "su" mundo, uno toma la nación colindante porque algún día le perteneció, y de la que ya en el año 2014 absorbió parte, la Península de Crimea y no pasó nada, y el otro, aspira a tomar el canal de Panamá, Groenlandia y Canadá, "por su seguridad exterior", y tampoco pasará nada. Disponen ambos de recursos económicos, y técnicas vanguardistas, para poderlo hacer. Mientras, y rezagado sin darse por aludido, China se prepara para tomar Taiwán el día que le convenga. Nada va a ocurrir, los tres gobiernos controlan el consejo de seguridad, y ningún país mantiene un arsenal de armas tan poderoso como los tres países citados.

Los organismos internacionales, creados para la conservación de la paz al final de la Segunda Guerra Mundial, están en sus manos, ellos si se ponen de acuerdo en sus intereses, pueden hacer aquello que deseen, el contrapeso que hasta ahora ha supuesto EE UU, no se da, se ha situado al margen de Europa, siendo su gestión especialmente autoritaria, aunque haya surgido de las urnas.

Psiquiatra

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents