Opinión | Zamora Biodiversa

José Alfredo Hernández

Seguimos censando cigüeñas

Un factor importante en la disminución del número de parejas reproductoras comprobado en varias comarcas ha sido el cierre de vertederos

Cigüeña.

Cigüeña. / J. A. H.

Durante esta primavera hemos recorrido miles de kilómetros y visitado centenares de localidades para la realización del VIII Censo Internacional de Cigüeña blanca en la provincia de Zamora, coordinado por SEO/BirdLife. Cuando esté finalizado, comentaremos en detalle los resultados y conclusiones pero, de momento, podemos adelantar que no parece que vaya a haber una diferencia muy significativa con respecto a los resultados del último censo (el de 2004), en lo relativo a las cifras totales. Es decir: la creencia, muy extendida, de que las poblaciones de esta especie se están incrementado, no responde a la realidad.

Recordaréis que, en aquel entonces, la población zamorana se evaluó en 1.581 parejas, siendo la quinta provincia con mayor número de parejas registradas. En cambio, sí que estamos encontrando diferencias importantes, respecto del anterior censo, en lo relativo a su distribución a nivel local o a los sustratos utilizados para instalar los nidos.

Hemos observado una tendencia muy marcada a la concentración de la población zamorana de cigüeña blanca en determinadas áreas de la provincia, en particular en las vegas y sotos ribereños del Duero y, especialmente, en los municipios de Zamora y Coreses. En cambio, en el resto de la provincia, la tendencia generalizada resulta regresiva, constatándose la desaparición de la especie en numerosos municipios e incluso de importantes colonias que existían hace 20 años. Incluso nidos históricos, con más de medio siglo de existencia constatada, han desaparecido.

Al mismo tiempo, se observa una gran disminución del número de plataformas emplazadas en estructuras artificiales, como edificios o apoyos eléctricos, debido a que en los últimos años se ha procedido a su retirada de éstos, justificada en daños o riesgos, reales o potenciales. Como consecuencia, el arbolado se ha convertido -con mucha diferencia- en el principal sustento de los nidos de cigüeña. La imagen clásica de las zanquilargas ocupando su casa solariega en lo alto de la torre o la espadaña de una iglesia, comienza a resultar cada vez menos frecuente en nuestros pueblos y ciudades.

Un factor importante en la disminución del número de parejas reproductoras comprobado en varias comarcas ha sido el cierre de vertederos locales o comarcales, donde se alimentaban muchas de estas aves. De hecho, el motivo principal de su actual concentración en la comarca de Zamora capital, sería el mantenimiento en sus proximidades del Centro de Tratamiento de Residuos provincial, donde acuden a alimentarse gran cantidad de ejemplares.

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