Opinión | Zamoreando

Hasta cuándo

OPINIÓN | Así tenemos Zamora, infectada, es una forma de hablar, de locales comerciales cerrados a cal y canto

Negocios cerrados en San Torcuato.

Negocios cerrados en San Torcuato. / Archivo

¿Hasta cuándo van a seguir cerrándose establecimientos de todo tipo en Zamora? No tenemos prácticamente referente alguno. Nos quedan unos pocos. Los que aguantan contra viento y marea. Los que resisten el embate del paso del tiempo. Los valientes o, quizá, debo decir osados. Uno pocos, muy pocos, que pueden contarse con los dedos de una mano. No pasa un solo día sin que nos enteremos de que este restaurante, aquel comercio, este bar, aquella panadería cierran definitivamente sus puertas, echan la trapa tras muchos años al servicio de los zamoranos.

Y no hay recambio. Lo que se cierra no vuelve a abrirse. Así tenemos Zamora, infectada, es una forma de hablar, de locales comerciales cerrados a cal y canto, convertidos en exposición permanente de todo tipo de pintadas y guarrindonguerías. Hay que acabar como sea con esta inercia. El Ayuntamiento debe tomar parte activa. No vale querer ser emprendedor y jugárselo todo a una carta si las facilidades son nulas y las ayudas o no existen o no llegan porque el proceso burocrático es tedioso e interminable.

Mire si tienen trabajo los políticos. Lamentablemente están a otra cosa. Encima, cuando entra la ideología por medio, o sea, el partido de que se trate, la cosa empeora. Y, cuando hablo de políticos hablo de las distintas administraciones, las que están en la obligación de apoyar, de arrimar el hombro, de dejar de mirar hacia otro lado, esperando quizá que el maná llegado de Europa resuelva lo que, en realidad, está en sus manos. Tiene que haber una solución al problema. No se puede pasar por alto el cierre continuado de establecimientos.

Puedo entender lo de la jubilación que, por cierto, la frase que más oigo repetir, incluso entre los funcionarios, es las ganas que todo el mundo tiene de jubilarse, como si la jubilación fuera un descubrimiento tardío de un paraíso inexistente. Con tan pocas ganas de tirar para adelante, poco o casi nada se puede hacer. Y, emprendedores hay. Sólo que no se atreven a dar el paso porque saben que lo van a hacer en solitario. Por cierto, miramos siempre hacia los políticos y también podríamos volver la mirada hacia la CEOE-Cepyme y la Cámara de Comercio. Menos franquicias, que también y más comercio local.

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