Opinión

Si hay que contribuir, habrá que hacerlo

OPINIÓN | Todos los aliados, unos más y otros menos, contribuyen con sus gastos en defensa al presupuesto de la Organización

El ministro de Defensa de Ucrania, Rustem Umerov, a su llegada a la reunión de la 'coalición de voluntarios' en la sede de la OTAN, este jueves en Bruselas.

El ministro de Defensa de Ucrania, Rustem Umerov, a su llegada a la reunión de la 'coalición de voluntarios' en la sede de la OTAN, este jueves en Bruselas. / GEERT VANDEN WIJNGAERT / AP

Quienes pertenecemos o formamos parte de una comunidad sabemos que, para poder mantenerla a flote y lograr los objetivos que son su razón de ser, cada miembro tiene que asumir sus responsabilidades y contribuir de la forma que esté establecida -generalmente de manera proporcional- con las cuotas que a cada uno le puedan corresponder.

No sé mucho acerca del funcionamiento de la OTAN, pero sí lo suficiente para tener claro que es una organización de países que, tras la Segunda Guerra Mundial, y para tratar de garantizar su libertad y su seguridad, se comprometieron a defenderse mutuamente en caso de agresión armada contra cualquiera de ellos, utilizando a los efectos todos los medios políticos y militares de que cada uno pudiera disponer.

Si bien en origen fueron 12 los países que el 4 de abril de 1949 firmaron el Tratado del Atlántico Norte (Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Portugal y Reino Unido), tras irse adhiriendo con el paso del tiempo los que previa solicitud fueron cumpliendo los requisitos que en cada caso se les exigieron, a día de hoy son 32 los países que, en condición de aliados, pertenecen a la OTAN. Todos los aliados, unos más y otros menos, contribuyen con sus gastos en defensa al presupuesto de la Organización y aportan fuerzas militares y equipos multidisciplinares que permanecen bajo el mando y control del Consejo del Atlántico Norte, para los casos en que se puedan necesitar. Además de los aliados, son más de 40 los países u organizaciones internacionales por la paz que, en condición de socios, colaboran con la OTAN de forma tangencial o puntual.

Según las fuentes que he podido consultar, aunque en el marco de membresía que establece las obligaciones de los países aliados, se recoge que éstos deben contribuir al presupuesto de la OTAN destinando a gastos de defensa al menos un 2% de su PIB, en la actualidad solo son 24 los que cumplen tal compromiso, siendo España uno de los miembros que menos porcentaje de su PIB destina a defensa y, en consecuencia, que menos cumple con lo que se comprometió cuando se sumó a la Alianza.

En la última década, y aunque todos sabemos que con el armamento nuclear con que cuentan los rusos y algunos de sus aliados (básicamente Irán y Corea del Norte), la mayor parte de los países europeos (especialmente los que no cuentan con interceptores antimisiles), pueden estar en peligro si los locos de turno les ponen en su punto de mira, lo cierto es que son solo los que lindan o están más cerca de Rusia los que han aumentado su presupuesto de defensa, por el riesgo que corren a un ataque invasor.

Sea como sea, y aunque las amenazas de Trump puedan quedarse en eso, dejando al margen lo que dicen, con la inconsciencia que les caracteriza, "los miembros y las miembras" de Sumar, Podemos… más nos vale tomarnos en serio la defensa en España, porque lo que cada día es más evidente es que, con la de "zumbados" que hay con mando en plaza y armamento nuclear, nada ni nadie puede garantizar la paz mundial ante la sinrazón de personajes como Putin, o Kim Jong-un, y es precisamente por ello que hay que "ponerse en guardia" y hablar en el Parlamento de lo que se deba hablar en materia de defensa -o de seguridad- y no permitir que sea una vez más el presidente el que de manera unilateral disponga y tome decisiones acerca del dinero que hay que gastar en defensa, y menos cuando seguimos esperando a que elabore y presente unos presupuestos que se puedan aprobar.

Si no tenía, ni tengo ninguna duda acerca de qué asuntos de Estado deberían ser abordados de la manera más consensuada posible por el Gobierno y la Oposición: sanidad, educación y justicia, al menos, viendo cómo está el patio me atrevo a decir que: basta ya de hablar del catalán en las instituciones, de los flecos de la amnistía o de las exigencias de Puigdemont… y más hablar seriamente, entre otros asuntos de alcance nacional, de los compromisos que como país miembro de la OTAN debemos cumplir porque, nos guste o no, nos puede ir la vida en ello.

¡País!

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