Opinión | ZAMOREANDO

El apagón

"Nunca sabremos, porque nunca nos dicen la verdad, el origen de este tremendo apagón"

Impacto del apagón en Zamora

Impacto del apagón en Zamora / Miguel Ángel Lorenzo/ A. F.

Es que no ha sido uno de esos apagoncitos sin más consecuencias con los que, a veces, nos ha sorprendido Iberdrola. Es que ha sido la madre de todos los apagones. Ha durado una barbaridad y se ha repetido pero ya con una duración más corta. A todos nos ha pillado con el paso cambiado. Huérfanos de móvil, huérfanos de internet, huérfanos de tren, huérfanos de avión, huérfanos de televisión, en definitiva huérfanos de luz, sin poder poner la vitro, la aspiradora, la lavadora, el secador, el ordenador, todo lo que va enchufado a la red. Ha sido desesperante. ¡Que agobio!

No había sufrido un apagón así, en mi vida. No me extraña que pusiera en jaque a comisarias, hospitales y servicios esenciales. Hubo un momento de confusión en que servidora ya no sabía si se trataba de una venganza de Trump, de un ciberataque de los hackers de Putin, sabiendo que le gusta remejer en la vida de cualquier país europeo, de una ventolera de Kim Jong-un, o que el régimen de los ayatolás estaba experimentando con España y Portugal lo que le gustaría hacerle a Israel. Sólo que en Israel están preparados para lo que pueda suceder y en España y Portugal no.

Lo que sí ha puesto de manifiesto la madre de todos los apagones es la evidente vulnerabilidad de infraestructuras críticas en España ante fallos energéticos masivos. Esto ha sido un aviso. Me da que como nunca hay prisa para dar una solución rápida a los grandes y pequeños problemas, puede volver a ocurrir y en lugar de con el paso cambiado puede que nos pille en bragas o calzoncillos dependiendo del sexo. Parece que me lo tomo a broma, no crea, sabiendo como sé que uno de los sectores gravemente afectados por el apagón fue el sistema de seguridad pública. Las comisarías de policía y sistemas de vigilancia en zonas de alta densidad urbana se vieron paralizados. Resulta angustioso.

Nunca sabremos, porque nunca nos dicen la verdad, el origen de este tremendo apagón de tal duración que excedió todas las previsiones y las capacidades, por ejemplo, de los generadores. No nos contarán la verdad, como de costumbre. Nos despacharan con algo conveniente y los inútiles seguirán ejerciendo sus inutilidades al frente de sus ministerios y direcciones generales, sin aclararse ni aclararnos el tema.

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