Dios mío, Dios mío ¿por qué nos has abandonado?

Cuando pienso en cómo está el mundo, gobernado por dos "monstruos" que tienen la osadía de invocar a no sé qué dios cuando les viene en gana, no me puedo conformar con pedir al mío que acreciente mi fe, y me rebelo contra lo que no puedo entender, cual es, qué puede pasar por la cabeza de Putin y de Trump para ser como son.

Trump, recientemente (13 de julio de 2024), tras haber sido herido por un perturbado, un loco o un experto tirador que le disparó mientras estaba dando un mitin en Pensilvania (todavía no sé qué pensar acerca del "error" que cometió quien lo hizo), cuando se recuperó dijo: "Mi fe adquirió un nuevo significado el 13 de julio. Me gustaría pensar que ese día Dios me salvó con un propósito, hacer que nuestro país sea más grande que nunca". Además de fanfarrón ¿es acaso Trump también religioso...?

Putin, que en repetidas ocasiones ha manifestado ser defensor de los valores tradicionales, éticos y morales, y contrario a la depravación que, según dice, está conduciendo a la ruina moral a Occidente…, al parecer, siempre se persigna cuando se va a bañar en aguas heladas durante la celebración de la Epifanía, llevando colgado al cuello un crucifijo. Según he sabido también, se confiesa fiel seguidor de la Iglesia ortodoxa rusa y considera que Ucrania es una parte inalienable de la historia de Rusia, su cultura y su espacio espiritual; de ahí que, así lo ha afirmado, no tenga sentido la distancia que hoy separa a la Iglesia ortodoxa ucraniana de la rusa. Además de sátrapa ¿acaso Putin es también, como Trump, un sheriff religioso...?

Sinceramente, no sé ni quiero saber a qué dios se encomiendan los dos locos que tienen en jaque al mundo entero, pero espero que no sea el mismo al que cuando me siento abrumado por lo que ambos hacen me dirijo. Si supiera que es el mismo no vacilaría en decirle: ¡Señor, señor, líbranos de ellos, o haz un milagro para que entren en razón!

Aunque piense que no hay mejor entrenamiento para el espíritu que practicar la comprensión y el perdón, a los citados no puedo comprenderlos ni perdonarlos. Tal vez sea porque me hacen dudar si realmente la vida es, o no, un paso hacia la eternidad.

Suscríbete para seguir leyendo