Opinión

Una ciudad patas arriba

"Hay falta de diligencia en la coordinación de las obras realizando todas ellas a la misma vez"

Imagen obras

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Están destrozando Zamora y a trozos. Llevamos sufriendo, casi un año, los usuarios que tenemos que llegar hasta la urbe por motivos laborales con nuestros vehículos lo impertinente de estas obras por toda la ciudad.

A veces, la paciencia tiene un límite o dos. Y se acaba cuando tienes que dar una clase y no llegas a tiempo, o tienes una cita médica en el hospital y tampoco llegas a tiempo, y así es un día tras otro con este verdadero desastre que ha generado un caos en la circulación de esta "ciudad del alma" debido a una pésima señalización de las obras y una falta absoluta de seguridad vial, generando riesgos innecesarios en peatones y conductores.

Y accidentes, como ya ha ocurrido por culpa de las "obras de deshumanización". Porque lo de la humanización me parece una verdadera sandez, un invento, cuando en nuestra ciudad envejecida por los años y el frío gélido de los inviernos casi nadie utiliza la bicicleta y son, o somos muchos, quienes vivimos en localidades aledañas o en pueblos más alejados de la ciudad quienes, desde hace meses, nos comemos el marronazo de tan humanizadas obras. De veras que es vergonzoso este panorama.

No sé quién habrá tenido la genial y brillante idea de introducir rotondas en lugares en donde no hay suficiente espacio para las maniobras de los autobuses. Por ejemplo, no han tenido el cálculo ni han tenido en cuenta la circulación de estos vehículos públicos tan necesarios para el transporte escolar de jóvenes y mayores.

Los usuarios que tenemos que entrar a la ciudad hemos aguantado mucho, mucho, mucho, pero ya basta de tanta broma pesada aquilatada con cemento y adoquines. Que los responsables, los que sean, reflexionen un poco

Han ensanchado las rotondas de Vista Alegre sin motivo aparente ni tan siquiera con una finalidad concreta. ¿Cuál puede ser?

Dicen que "cuando un ayuntamiento no sabe qué hacer, se dedica a construir rotondas". (Es un dicho popular)

Hay falta de diligencia en la coordinación de las obras realizando todas ellas a la misma vez. Sin ir más lejos, hoy mismo, cuando escribo este artículo, ya por estar harto de dar vueltas ante la ineficacia y negligencia de los responsables de este desaguisado.

Obras añadidas a las existentes, ampliación de la red de abastecimiento de agua en la avenida del Mengue en intersección con la ronda de Puerta Nueva, avenida de Portugal con Puente de Piedra… La movilidad se complica cada día más en la ciudad, para qué hablar de Cardenal Cisneros, arteria principal, un verdadero caos y qué decir de la avenida de Requejo en dirección al hospital con las ambulancias donde los carriles se estrechan y suma y sigue este laberinto interminable siendo un verdadero íncubo, una pesadilla tener que coger por obligación el coche.

Los que vienen a visitarnos o a conocer la ciudad del románico o del modernismo no entenderán nada. Parece que se lo están poniendo imposible, incluso un reto para no volver.

A nadie le apetece entrar en una laberíntica ciudad sin salida como parece ser hoy Zamora. "Una ciudad para no volver" quizá pudiera ser el próximo eslogan.

Se ha generado un caos total, más bien un plural del caos. Muchos caoses en la ciudad mutilada, sin vértebras por donde conducir. Las entradas por las autovías acumulan colas de doscientos o trescientos metros de coches, sin que haya una señalización vertical u horizontal de la vía, con rotondas sin acabar. Con árboles, en el bulevar de los sueños rotos, que ya bastantes se han secado y con un material que están colocando que parece de stock de almacén de construcción.

Los usuarios que tenemos que entrar a la ciudad hemos aguantado mucho, mucho, mucho, pero ya basta de tanta broma pesada aquilatada con cemento y adoquines. Que los responsables, los que sean, reflexionen un poco.

Poeta

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