Opinión
Los contagios
Hemos de ser sumamente prudentes y previsores con la finalidad de evitar los riesgos de la zoonosis

CARTAS
(Más vale prevenir que curar)
Leía recientemente varios artículos sobre el riesgo de contagio de los animales a los humanos, esto es, la zoonosis, que como es bien sabido, tiene un alto potencial para causar pandemias, como presumiblemente, ocurrió con el COVID 19.
Por parte de la sociedad o mundo científico se solita la intervención e intensificación de medidas y respuestas coordinas a las zoonosis, ante la dificultad de su detección.
En fechas muy recientes la bacteria de la gastroenteritis Campylobacter ha causado molestias en muchas personas de nuestra sociedad.
Hemos de poner de manifiesto que, según la sociedad científica nos recomienda evitar el contacto con aguas contaminadas con heces de animales que contengan la bacteria de la gastroenteritis Campylobacter.
La mutación de las enfermedades de animales en humanos es una realidad. Los animales domésticos pueden propagar zoonosis, léase gripe aviar.
Hemos de ser sumamente prudentes y previsores con la finalidad de evitar los riesgos de la zoonosis y los gobiernos deben hacer importantes aportaciones para la financiación de la investigación que lleva a efecto la sociedad científica.
Mentalicémonos y aumentemos la higiene y evitemos el contacto con determinados animales que pueden ser transmisores de enfermedades.
No olvidemos que la abundancia de basura causa contaminación de acuíferos que a veces, terminan en el mar y acaban en el estómago de los animales marinos causando su muerte.
Seamos sumamente prudentes en el uso de plásticos y procuremos evitarlos siempre que nos sea posible, porque mejor que reciclarlos es más limpio no usarlos.
Según las estadísticas del orden de 2.000 millones de toneladas de basura se producen cada año en el mundo.
Con estas breves líneas quiero poner de manifiesto que estamos en un mundo donde una parte importante de los alimentos tienen como destino el basurero y no olvidemos que del orden de 820 millones de personas pasan hambre.
Las personas de una determinada edad como la de este escribiente, recordarán que en nuestra infancia, primeros años de la década de los cincuenta del pasado siglo, si se caía un trozo de pan al suelo, nos obligaban a recogerlo y darle un beso antes de ponerlo en la mesa.
No se tiraba el pan ni otros restos de comida, siempre había una segunda comida para las sobras.
En nuestra infancia se decía: Mejor gastarse el dinero en comida, que en medicinas.
Pedro Bécares de Lera
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