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Hidrógeno sí, pero no a cualquier precio

Instalaciones de una planta de producción de hidrógeno verde en Alemania

Instalaciones de una planta de producción de hidrógeno verde en Alemania / Shutterstock

En la búsqueda de un futuro más limpio y sostenible, el hidrógeno verde se presenta como una alternativa energética prometedora. Sin embargo, esta transición no debe comprometer los recursos naturales que garantizan la vida y la biodiversidad de nuestros entornos más vulnerables. En este contexto, la polémica sobre la captación de agua subterránea en el acuífero de Villafáfila, situado en las proximidades de la reserva natural de Las Lagunas de Villafáfila, nos invita a reflexionar.

La extracción de recursos hídricos en zonas cercanas a espacios protegidos debe considerarse con extremo cuidado. Aunque los informes técnicos señalan que las captaciones propuestas cumplen con la legislación vigente y que no se han registrado alegaciones formales durante el periodo de exposición pública, el silencio administrativo no puede interpretarse como un consentimiento social ni como una garantía de sostenibilidad. La ausencia de oposición activa puede deberse más al desconocimiento del procedimiento por parte de las comunidades locales que a una aprobación tácita.

Los acuíferos no son simples depósitos de agua subterránea: son pilares de equilibrio ambiental. En el caso de Villafáfila, su salud está intrínsecamente ligada a la de la reserva natural y las especies que la habitan. Incluso un impacto moderado en estos sistemas podría tener consecuencias irreversibles para los ecosistemas y para los pueblos que dependen de ellos. La extracción masiva de agua para proyectos industriales, aunque se ubique fuera de la zona protegida, puede alterar el balance hídrico y amenazar los abastecimientos locales, la agricultura y la ganadería.

Apostar por opciones que respeten los acuíferos no solo garantizará la sostenibilidad del proyecto, sino también el apoyo y la confianza de las comunidades afectadas

Es innegable que el hidrógeno verde representa una oportunidad económica y medioambiental para nuestra provincia, pero no a cualquier precio. El desarrollo debe ser compatible con la preservación de nuestros recursos. Existen alternativas viables, como el uso de aguas superficiales provenientes de embalses o ríos, que aunque más costosas en términos económicos, son menos agresivas para los entornos sensibles. Apostar por opciones que respeten los acuíferos no solo garantizará la sostenibilidad del proyecto, sino también el apoyo y la confianza de las comunidades afectadas.

Además, resulta preocupante que los informes emitidos durante el proceso de autorización no incluyan inspecciones in situ ni análisis detallados sobre los posibles efectos acumulativos de estas extracciones. La supervisión de los recursos hídricos debe ser rigurosa y priorizar los principios de precaución. No es suficiente confiar en procedimientos administrativos que, aunque ajustados a la ley, podrían pasar por alto las singularidades de un territorio tan especial.

En este punto, es esencial subrayar que la tecnología y la sostenibilidad pueden y deben coexistir. La innovación en energías limpias debe ir de la mano de una gestión responsable de los recursos naturales. De lo contrario, corremos el riesgo de hipotecar el futuro de nuestros ecosistemas y comunidades en nombre de una transición energética que, paradójicamente, busca protegerlos.

En conclusión, la apuesta por el hidrógeno verde no debe ser una carrera desenfrenada que ignore las voces del territorio ni las necesidades de las generaciones futuras. La verdadera sostenibilidad no reside solo en la producción de energías limpias, sino también en garantizar que los medios para alcanzarla respeten y preserven la riqueza natural de la que todos dependemos. Seamos cautos y responsables: el desarrollo no puede nacer a costa de nuestra agua, nuestra tierra y nuestra vida.

Físico y Analista de Datos

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