Opinión
Mi mamá no trabaja, es ama de casa
Durante siglos se asumió que las mujeres eran inferiores a los hombres

Girl Power Feminismo / Pexels
¿En qué trabajan tus padres? Mi papá es empresario y mi mamá no trabaja, es ama de casa. Esta era la típica respuesta que se podía escuchar hace unos años, la idea preestablecida de que ser ama de casa implicaba no trabajar.
Ellas se pasaban las horas preparando el desayuno, cambiando pañales, haciendo las camas, barriendo, limpiando el polvo, fregando, lavando, planchando, realizando compras, cocinando, bañando a los hijos, llevando a la suegra al médico y, por la noche, esperaban a sus maridos con la cena preparada, bien vestidas, aseadas y dispuestas a sonreír ante las historias de la oficina que él le fuera a contar.
Todo ese esfuerzo era la faena que cada día le correspondía a las mujeres por el simple hecho de serlo. Como si esa labor fuera parte de su ADN o una característica de la feminidad.
Pero, imaginemos por un segundo que en aquellos años algún señor hubiera hecho las mismas tareas que todas aquellas señoras, día tras día. Los comentarios mayoritarios hubieran sido "Menudo vago está hecho, es un mantenido", "Este no sabe hacer nada y por eso no encuentra faena", "Igual tiene alguna enfermedad que le impide alimentar a su familia".
En las generaciones anteriores, las mujeres sacrificaban su profesión o su carrera profesional para cuidar del hogar. Solo se esperaba de ellas que se casaran, que tuvieran hijos y que fueran amables y sonrientes con sus maridos. De este modo, manifestaban lo buenas esposas que eran y un distintivo de amor.
Unos roles preestablecidos que controlaban sus vidas cotidianas más allá de sus deseos y posibilidades.
Hoy en día se casan, se separan, beben vino, viajan al espacio, se enamoran de otras mujeres y no necesitan estar con un hombre para tener hijos
Fue en esta época, en los años sesenta, donde en la mayoría de los países las mujeres empezaron a incorporarse masivamente al mercado laboral. Pero, este salto a la independencia salarial les supuso una doble carga; la del hogar y la profesional. Su propia sobreexplotación. Por consiguiente, ellas tuvieron menos tiempo para su cuidado y su salud se vio deteriorada.
En ese momento, dos de cada diez mujeres trabajaban fuera del hogar, hoy lo hacen siete de cada diez.
Durante siglos se asumió que las mujeres eran inferiores a los hombres tanto en sus aptitudes físicas, como en las creativas o en las intelectuales, seres frágiles; el llamado sexo débil. Se pensaba que la naturaleza colocaba a cada cual en un estado definido y definitivo, teniendo obligaciones y derechos propios.
Hoy es difícil, aunque no imposible, encontrar a personas que realmente piensen algo así o, al menos, que puedan tener argumentos sólidos para sostener tal afirmación.
Si miramos a nuestro alrededor, en buena parte del planeta, nos encontramos con que las mujeres hacen todo tipo de trabajos como dirigir importantes empresas o gobernar países. La mayoría gana su propio dinero y no tiene que rendirle cuentas a nadie. Visten con pantalones, minifalda, se tiñen el pelo de azul, llevan el pelo corto, han superado la época del corsé y del bañador hasta las rodillas. Pueden votar en unas urnas y ser votadas.
Tenemos la suerte de contar con admirables científicas, escritoras, políticas, arquitectas, bailarinas, cineastas, deportistas, músicas, pintoras. Se casan, se separan, beben vino, viajan al espacio, se enamoran de otras mujeres y no necesitan estar con un hombre para tener hijos.
Se han destruido estereotipos, prejuicios y el mundo está cambiando. Visto así, cualquiera se atrevería a decir que la igualdad está instaurada de manera firme en nuestra sociedad. Sin embargo, las cosas no son tan sólidas como aparentan.
El machismo se resiste a desaparecer y una de sus principales causas es la existencia del "doble vínculo". Se trata de un fenómeno psicológico, que acepta de manera inconsciente mensajes contradictorios que pueden llevarnos a una cierta esquizofrenia. Porque como ya decía Rousseau "Hay que obligar al hombre a ser libre".
Diputada provincial del PP
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