Opinión

No servimos para otra cosa

Comedor universitario del Campus Viriato

Comedor universitario del Campus Viriato

A Sandra, Teresa, Yolanda y José, excelentes personas y profesionales del comedor universitario, del Campus Viriato.

A veces, la modestia, la inteligencia, la bonhomía, el pensar, muy equivocadamente, que los demás son la "crème de la crème", lleva a creer a personas juiciosas, modélicas, entregadas a sus obligaciones y compromisos laborales, ciudadanos, familiares, de relaciones, a evaluarse muy por debajo de lo que sus atributos, cualidades de todo tipo y condición, ponderan objetivamente, por tenerlos, me atrevería a decir, en grado sumo, siendo excelentes.

Y este tipo de personas te las encuentras en todo tipo de colectivos, especialmente en aquellos que "no tienen estudios", como se diría popularmente. Craso error, repito. A veces, más de las deseables, lo que "sí los tienen", nulo ejemplo dan a la ciudadanía del buen hacer ejemplarizante que debieran de ofrecer a la sociedad que se los facilitó y financió con el pago de sus impuestos. Además, algunos, bastantes, por cierto, van por la vida "de salva patrias, de santones, de sabiondos", no concordando con su proceder habitual que es más bien lo contrario.

Y por supuesto, me atrevo a pensar que la inmensa mayoría de las personas razonables, responsables y reflexivas, habrán pensado, o deberían hacerlo, sobre las "cartas que la madre naturaleza" les ha prestado, las circunstancias vitales, la conciencia de que hay que procurar superarse día a día, en todos los ámbitos de la vida; como puede ser, entre otros, el relativo a la adquisición de saberes profesionales y culturales; pues nos debemos unos a otros para mejorar la vida de todos, lo que exige preparación académica y humana; pues solo el que sabe, sirve más y mejor, es útil, en suma. Claro está que no vienen "llovidos del cielo" y que requieren tiempo, esfuerzo, dedicación, afán de superación, asunción de un cierto riesgo e incertidumbre, como respecto a cualquier tarea humana que se decida iniciar. Y a cambio, mejores salarios, tareas laborales más atractivas, más posibilidades de desarrollo personal y profesional, más satisfacción personal, mayor reconocimiento de los demás.

Y sí, todos servimos para muchísimas más cosas que las que podamos desarrollar en un momento dado de nuestra vida. En ello hay que estar siempre, con "tensión", con el ánimo vigilante de hacer cada día mas y mejor nuestras obligaciones para contribuir a lograr una sociedad más desarrollada, más tolerante, más ilustrada, más preparada, más justa. Y, nada de lamentaciones jeremiacas, pues el desarrollo económico, social, jurídico y político, como las innumerables instituciones académicas, el aprendizaje por Internet, etc., posibilitan que ninguna mente desaproveche sus potencialidades. Eso sí, "manos a la obra", desde ya.

Eduviges Bragado Calleja (Pinilla de Toro)

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