Zamoreando

La Parca

Esta mañana, estoy de capa caída. Sólo recibimos noticias de muerte

Artículo de opinión.

Artículo de opinión.

Carmen Ferreras

Carmen Ferreras

Cuan activa está la Parca. ¿O quizá debería decir las Parcas? Le están dando a la tijera que corta el hilo de la vida a base de bien. No se cansan Nunca había visto tanto frenesí en su cometido. No respetan la edad, la condición sexual, el género, la riqueza o la pobreza, hasta el punto de que están poniendo todo su empeño en ese trabajo que no sé quién les encargó. Ellas, Nona, Décima y Morta, son las personificaciones del fatum o destino. Controlaban el metafórico hilo de la vida de cada mortal desde el nacimiento hasta la muerte.

Nona, en la mitología romana, era la diosa del embarazo que presidía el nacimiento, la más joven de las tres Parcas. Décima, la segunda de las tres parcas, determina el futuro de las personas; es quien decide el largo del hilo de cada una de las vidas humanas. Morta es la tercera de las tres Parcas romanas. Determina la muerte de las personas; es quien corta el hilo de cada una de las vidas humanas. Que sencillo explicarlo así, a golpe de mitología romana. El asunto es mucho más trascendental.

Ahora que lo pienso, no sé si son las parcas o es que estamos en año bisiesto. Y ya se sabe la mala fama que tienen los bisiestos. El refrán es contundente en este sentido: "Año bisiesto, año siniestro". Y si está resultando este año un poco siniestro si pensamos en la cantidad de personas que la Parca le está arrebatando a la vida. Y eso que no ha hecho más que empezar. Lo cierto es que lo ha hecho con una fuerza arrolladora, en el sentido de llevarse por delante a tantas y tantas personas famosas, conocidas, anónimas. Ya sé que "la muerte no es el final", ese cántico que se me antoja oración y que bordan con sus voces en la noche del lunes santo el coro de la Hermandad de Jesús en su Tercera Caída, pero es la que desgarra, la que en su arquitectura construye vacíos muy difíciles de llenar. Tantas metas como a veces nos ponemos en la vida, y, ya ve, la muerte es la línea de meta de la vida.

Esta mañana, estoy de capa caída. Sólo recibimos noticias de muerte. La mayoría, conocidos, otros, amigos y los famosos que están cayendo como hojas de árbol en otoño. Y eso marca, y eso deja una huella en el ánimo y en el alma. No, no voy a poner nombres a la pena. Bastante tengo yo con la mía, ahora que se aproxima el 9 de marzo cuando se me fue la mitad de mi vida. La otra mitad intenta sobrellevarlo lo mejor que puede. No queda otra, mientras el hilo que me sujeta a la vida carezca de interés para Décima y Morta.

Una y otra están en pleno apogeo. Parece que le están cogiendo gusto a cortar el hilo. Cada quien es libre de gestionar su pena, su dolor y su tristeza como Dios le dé a entender. Pena, dolor y tristeza forman parte, con permiso de Milan Kundera, de la insoportable "brevedad" del ser, sobre lo que no sé si las Parcas tendrán o no algo que ver. Lo que sí sé es que la sombra de la Parca también es alargada

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