Donde lloran los poetas

Lorenzo Pedrero recoge la medalla conmemorativa del aniversario de los ayuntamientos democráticos.

Lorenzo Pedrero recoge la medalla conmemorativa del aniversario de los ayuntamientos democráticos. / L.O.Z.

Cartas de los lectores

Cartas de los lectores

Rimando el último verso se ha ido Lorenzo Pedrero, con el que tantas veces he tenido oportunidad de compartir página en este diario. Un hombre de palabra fácil, que tan bien dominaba el lenguaje en todas sus facetas: poético, reivindicativo, sarcástico, crítico, sincero y siempre acorde con su propia personalidad.

Sí, se ha ido al lugar del silencio donde reposan ya otros buenos poetas zamoranos. Y es que irremediablemente, es el destino, la vida se va apagando y con ella los versos más sentidos nacidos de los últimos estertores del alma. Los poetas hablan del vivir que nace del sentimiento más profundo. Esos sentimientos vividos que como mariposas flotan en el aire y se van con la vida, para quedar esculpidos en un puñado de versos. Tal vez Lorenzo, como tantos, en ocasiones caminara con el paso cambiado para manifestar su disconformidad con lo injusto, y por ser coherente con sus propios inquietadores. Por eso, como suele ocurrir con demasiada frecuencia en esta tierra, no resultara, a veces, del agrado de los "uniformados", que, en muchas ocasiones, con el traje de la ignorancia, caminan desfilando por una uniformidad de ideas teledirigidas e interesadas para la "guerra" de algunos. Ya sé que ir a contracorriente del río que nos guía, con frecuencia, resulta incómodo y no es para nada ortodoxo.

Cuando uno nace, como él, con la poesía entre los dientes, no queda más remedio, en ocasiones que masticar versos incómodos para muchos, y que otros no se han atrevido a rimar por exponer sus propios deseos e inquietudes y así dar forma a su propia vida y forjar así sus principios más sociales.

Hoy, ayer, en estos días, un fuerte viento, el mismo con el que él jugó, fue apagando poco a poco su vida, pero nos quedan sus versos y toda su obra como hombre sincero y comprometido.

Me decía M. Carmen, su mujer, creo que, con orgullo, es estos duros momentos, que hoy eran muchos los poetas llorando. ¡Seguro! Pero muchos más quienes lo quisieron, querían y admiraban.

Gracias, Lorenzo. DEP.

Benjamín Charro Morán

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