Identidades zamoranas

Fiestas prolongadas

Aprender de los mejores es un ejercicio que nunca debemos olvidar

Nacimiento de "La Mayuela" en Bermillo

Nacimiento de "La Mayuela" en Bermillo / Lorenzo Ferrero

Donaciano Bartolomé

Donaciano Bartolomé

Cientos de páginas nos han informado en los últimos meses sobre las fiestas en los pueblos. Primero las de verano, luego las de la amistad, patronales, otoño, Navidad, carnavales o las de san queremos... La sección de Comarcas de LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA cumple un gran servicio de promoción y de relación entre los pueblos, pues son muchos los que sabedores de los eventos y de la variedad de sus ofertas se interrelacionan, visitan amigos y parientes, y se socializan. Se rompe la monotonía y el tiempo se hace más alegre y divertido.

Además dicha información permite aprovechar mejor los distintos programas costeados y ofrecidos por los ayuntamientos. Se da el caso, como en Roelos y Carbellino, que los aspirantes a mozalbetes de 12 años alquilan conjuntamente un local para sus peñas y así ahorran gastos. Hay actividades efímeras que se disfrutan y pasan. Otras se prolongan en el tiempo y además generan actitudes positivas y valores relacionales y de cooperación. Hay una que en Roelos me ha llamado la atención. Al nuevo concejal de festejos se le ocurrió ahorrar gastos y potenciar la participación. Dos valores saludables. Ofreció a todos apadrinar o amadrinar un árbol. Familias e individuos, jóvenes y mayores y hasta una niña de siete años captaron la idea. Los doce árboles de la plaza fueron engalanados, cada uno a su manera. La genialidad, ilusión, trabajo y hasta gusto artístico quedó en los troncos y ramas de los árboles. El nombre de las personas que actuaron quedó reflejado en un cartel en cada árbol. Es tan bonito que después de cuatro meses siguen los árboles hablando de fiesta y sobre todo de buen ambiente y buen rollo (como dicen los jóvenes). Algunos árboles hasta por la noche emiten luz. Y he visto como una persona se acerca para regar las flores que en una maceta puso en el tronco. Sorprende y alegra tanto ingenio. Y también que no haya sido una competencia y competición para ser el más bonito y con premio. Todos tienen premio.

Lo mismo pasa cuando se llega a Figueruela de Sayago, pueblo minúsculo, donde los haya, y se encuentra a la entrada figuras realizadas durante el invierno por las gentes del pueblo en sus ratos de ocio representando a un cura, mujeres en la solana o tejiendo con cardas y rueca, la escuela, animales, carros, en tamaños natural. Todo muy hermoso, vestido en trajes de época que convierten al pueblo en visitable y admirable. Lo habitual en las crónicas festivas, son grandes orquestas, que se llevan buena parte del presupuesto. Todos tenemos que vivir y hay que divertirse. Quiero resaltar cuando todos se esfuerzan por ofrecer lo mejor posible. Reflexionar siempre es bueno y aprender de los mejores un ejercicio que nunca debemos olvidar. Fui testigo de la convivencia que se generó al tomar una noche todo el vecindario una raspa de escabeche con su vino y pan en la plaza. Otro día una comida en la misma plaza bien servida y el domingo compartiendo un bollo después del rosario. Resulta que se genera un clima de serenidad, convivencia. Y sobre todo viendo a los ediles sirviendo a las mesas, pendientes de todo. Son efectos que permiten prolongar las fiestas más allá de los días señalados. Fiestas sí, buscando armonía, los valores de vecindad, sobrepasando el mero hecho de comer, beber y divertirse para buscar y potenciar valores que perviven y hagan que las fiestas contribuyen a fortalecer los ajuntamientos, el conocimiento entre vecinos, la confianza y colaboración.

El caso de Bermillo de Sayago se me antoja paradigmático. Duran las fiestas dos meses. La Asociación de la Amayuela trabaja con sabiduría y tesón. Varias presentaciones de libros de la comarca, conferencias, exposiciones de pintura por todo el pueblo. Asociaciones así merecen no solo agradecimiento sino buenas subvenciones pues, trabajan todo el año contagian y promocionan mucha cultura, fomentan la identidad comarcal. Libros, músicas, canciones, charangas callejeras, buenos y económicos ingredientes para animar nuestros pueblos y a quienes nos visiten. Y si vale el ejemplo, para que todos encuentren un lugar caliente, a cogedor, bien atendido y surtido el ayuntamiento de Roelos ha puesto en nómina al barman Ángel a quien acompaña a veces su mujer y su hijo.

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